La clonación de tarjetas es una de las técnicas más habituales que utilizan los amantes de lo ajeno para hacerse con nuestros datos y, acto seguido, comenzar a operar con nuestra tarjeta suplantando nuestra identidad. Un acto que, pese a estar más que perseguido por parte de los organismos pertinentes, todavía sigue causando estragos en nuestro día a día.

La forma más común de llevar a cabo esta clonación es a través de un dispositivo electrónico que se coloca en la misma apertura en la que insertamos la tarjeta en el cajero. Este elemento es el encargado de leer los datos que recoge la cinta magnética de la tarjeta. El skimmer, como se llama a este dispositivo, “recoge nuestros datos para luego conectarlo a un ordenador (…) mediante un software especializado”, como afirma el BBVA en su página web. Los datos que recopila son los siguientes: nombre y apellidos, número de tarjeta, fecha de expiración y, por último, el CVV.

El proceso de clonación

Además de la colocación de la falsa ranura en la que se introduce nuestra tarjeta, el delincuente también necesita recoger el pin de la tarjeta, un dato que no se puede clonar. Para ello, se instala una cámara en la parte superior del cajero que permite grabar las pulsaciones del sujeto en cuestión.

La combinación de la información que recoge tanto el skimmer como la cámara es suficiente para comenzar a operar con un nuevo plástico sin necesidad de dilatar más el proceso. La única forma de detenerlo es el momento en el que el propietario de la tarjeta se hace eco de alguna operación no autorizada y procede al bloqueo de la tarjeta. Una cantidad de tiempo más que suficiente para que pueda generar un buen susto.

¿Cómo evitar que nos clonen la tarjeta?

Si bien es cierto que nunca vamos a poder tener la seguridad completa de que nuestra tarjeta no está siendo manipulada, dado que la mayoría de los skimmers son prácticamente invisibles a los ojos del común de los mortales, sí que podemos tomar ciertas medidas que pueden ayudarnos a minimizar este riesgo. Entre ellas, es recomendable que nunca perdamos de vista nuestra tarjeta, no solo en el momento de sacar dinero, sino también cuando realizamos cualquier pago con nuestra tarjeta física en un comercio. Se han detectado terminales de pago que también permiten llevar a cabo esta clonación.

Además de ello, también es recomendable evitar aquellos cajeros que no se encuentran en las oficinas bancarias. En la mayoría de los casos, este tipo de cajeros están mucho más vigilados y son menos propensos a ser manipulados que los que podemos encontrar en la vía pública. Y, en caso de ser posible, utilizar aquellos que cuentan con tecnología contactless.

En el momento de introducir el pin, debemos tapar el tecleo de los datos con la mano. En los cajeros que se ha instalado un skimmer, también se instala una pequeña cámara que permite grabar nuestras pulsaciones cuando queremos sacar dinero. Además, activar el sistema de notificaciones en el smartphone de nuestra entidad bancaria ante cualquier movimiento realizado puede ser una buena forma de enterarnos al segundo de cualquier operación que no hayamos autorizado.

Revisar de manera frecuente los últimos movimientos de nuestra cuenta a través de la aplicación nos va a ayudar a identificar aquellos cargos no reconocidos y proceder al bloqueo de nuestra tarjeta de manera inmediata.

El adiós de las bandas magnéticas

El sistema de banda magnética de las tarjetas de débito y de crédito nació a finales de la década de los 50 de la mano de IBM. Desde entonces, su uso se popularizó en multitud de ámbitos, siendo el sector financiero uno de los principales. Sin embargo, los problemas de seguridad que las bandas ocasionan, unido al avance de la tecnología, ha permitido que de manera progresiva hayamos comenzado el proceso de transición hasta su desaparición definitiva dentro de unos años.

Mastercard, por ejemplo, ya afirmó que a partir de 2024 comenzará a dejar de producir tarjetas con banda magnética en una gran parte de los mercados en los que opera. Apostando por tecnologías más innovadoras, como el pago sin contacto que ya muchos hemos interiorizado a través de nuestro smartphone. Se espera que en el año 2033 ninguna tarjeta de esta red cuente con banda magnética.

El estándar global EMV, establecido por Europay Internacional, Mastercard Internacional y Visa Internacional, caracterizado por el uso de un chip inteligente para validar las transacciones, será el nuevo estándar predominante dada la complejidad que desprende a la hora de intentar su clonación.

 

Fuente: adslzone