Incluso si vivimos en un país que respeta los derechos humanos, usar una VPN tiene ventajas como que protege nuestra identidad cuando utilizamos redes que puede que no sean demasiado seguras (como las Wi-Fi públicas), ocultan nuestra IP, por lo que podremos acceder a contenidos geo-restringidos y encriptan nuestro tráfico, por lo que en teoría ninguna empresa tiene por qué saber qué páginas visitamos para por ejemplo, servirnos publicidad personalizada.

Sin embargo hay una pregunta que a estas alturas muchos se siguen haciendo. ¿Sabe nuestro proveedor de telecomunicaciones (ISP) que estamos utilizando una VPN cuando nos conectamos a su red? La respuesta corta es «sí». Nuestro ISP normalmente recoge datos privados cuando navegamos por Internet y si lo que hacemos es utilizar una VPN, aunque es completamente legal hacerlo, puede detectar que algo está cambiando en nuestra forma de navegar. ¿La buena noticia? Que en realidad no importa demasiado.

Comerciando con nuestros datos

Si vivimos en Estados Unidos, tenemos que tener en cuenta que legalmente, nuestro ISP tiene permitido recoger y vender nuestros datos de navegación. Puede construir un «perfil» de nuestras actividades individuales (incluso si en nuestro hogar se conectan distintas personas) rastreando nuestra dirección IP, la actividad en la web y otros marcadores.

Si en cambio somos ciudadanos de la UE, nuestro ISP no puede ni recopilar ni vender nuestros datos, aunque sí que puede monitorizar nuestra actividad y están obligados a informar de cualquier actividad ilegal que se realice desde nuestra IP a las autoridades locales.

¿Qué ocurre cuando utilizamos una VPN? ¿Qué es capaz de saber de nosotros nuestro ISP? Cuando nos conectamos a un servidor VPN, nuestro ISP sigue siendo la compañía que establece y mantiene esa conexión, por lo que sabe perfectamente que estamos utilizando ese servicio. El ISP también puede ver la cantidad de datos que descargamos o cargamos, pero teniendo en cuenta que esos datos permanecen encriptados, no puede saber mucho más. Un gobierno que contase con herramientas avanzadas y mucho tiempo, podría desencriptar ese tráfico web con el tiempo, pero no es algo que pueda hacer un ISP.

Esto no quiere decir sin embargo que nuestra privacidad esté garantizada al 100%. Muchas webs pueden seguir identificándonos y recopilando nuestros datos mediante rastreadores y cookies, y si utilizamos una VPN de forma incorrecta, podríamos exponer accidentalmente nuestra actividad a nuestro ISP.

Y, por otro lado, no todas las VPN ofrecen la misma garantía de calidad. Algunas VPNs (especialmente las gratuitas) rastrean lo que hacemos mientras usamos sus servidores y pueden recopilar esos datos para trabajar con distintos anunciantes. Otras, como hemos visto en el pasado, no implementan las medidas de seguridad necesarias para proteger correctamente a sus usuarios.

Teniendo esto en cuenta, un proveedor VPN que nos puede interesar es que el tiene una política de no mantener logs en su sistema, está abierto a auditorías independientes, utiliza protocolos modernos como OpenVPN o WireGuard y tiene un histórico de no haber sufrido filtraciones de los datos de sus clientes.

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Fuente: muyseguridad