En el artículo original hacen una prueba curiosa, intentando acceder a dos dominios conocidos, una página de pornografía y otra de redes privadas virtuales (VPN). Y muy seguramente el lector ya ha adivinado el resultado: el porno está permitido, pero nada de redes privadas. Lo más interesante es que nos descubren una herramienta que hace un tiempo que está en línea, pero no por ello deja de ser valiosa: Great Firewall of China.

Mediante el buscador de Great Wall of China se puede comprobar si un dominio está bloqueado en China, o en qué partes de China. Así que hemos hecho un par de intentos por nuestra cuenta y como el porno ya había pasado por el tamiz, lo siguiente era la política. Aquí hay un poco de todo. Por ejemplo, se permite acceder a los principales medios de prensa del mundo occidental, pero no a páginas reivindicativas como Free Tibet…. Aunque Tibet Online sí es accesible desde casi todo el país, y son prácticamente lo mismo (echando un vistado a la información de portada).

Volvemos al software y probamos con una de las herramientas más conocidas para navegar con privacidad, el proyecto Tor. El resultado es negativo para todas las zonas. Parece que, en efecto, lo del anonimato no gusta nada a las autoridades chinas. Probamos entonces con Tails, distribución GNU/Linux dirigida a proteger la privacidad al extremo y… suerte, está permitida. ¿Sabrán los chinos que uno de los componentes elementales de Tails es Tor?

 

Fuente: muyseguridad