Windows 10 es un sistema operativo que ha dado mucho de qué hablar y que, a pesar de llevar cerca de un año en el mercado, cuenta con el rechazo de un gran número de usuarios, ya sea porque su sistema actual, mayoritariamente Windows 7, funciona muy bien o porque, aunque no han probado este nuevo sistema, pero han leído un gran número de críticas negativas, piensan que funciona mal.

Por ello, a falta de tres semanas para el aniversario del lanzamiento de Windows 10, queremos indicar 5 razones por las que deberíamos actualizar a Windows 10 y 5 razones por las que no deberíamos hacerlo.

5 razones para actualizar a Windows 10

La primera de las razones para actualizar a este nuevo sistema operativo es el soporte oficial. XP, Vista y 7 son sistemas operativos que ya han acabado con el soporte principal y se encuentran en fase de soporte extendido. En el caos de Vista, este soporte acaba el próximo abril de 2017 y en el caso de Windows 7, el enero de 2020. El soporte principal de Windows 8 aún dura hasta enero de 2018 y el extendido hasta enero de 2023. De esta manera, si actualizamos ahora a Windows 10 podremos asegurar un soporte principal hasta octubre de 2020 y uno extendido durante 5 años más.

La segunda de las razones por las que deberíamos actualizar es para poder disfrutar de las nuevas aplicaciones y plataformas de Microsoft, como Cortana, Continuum o las aplicaciones universales de Windows.

La tercera de las razones, similar a la anterior, es la llegada de los primeros títulos de Xbox para PC a partir del próximo mes de septiembre, lo que demuestra una convergencia entre ambas plataformas muy interesante, especialmente si no tienes esta videoconsola y estás interesado en sus títulos.

Como cuarta razón para actualizar podemos indicar la seguridad. Este nuevo sistema operativo cuenta con medidas de seguridad muy avanzadas, superiores a las de los sistemas anteriores, que buscan ofrecer a los usuarios la mayor seguridad posible. Este sistema cuenta con herramientas como Windows Hello, Device Guard y Microsoft Passport pensadas para proteger los datos, así como otras medidas de seguridad más avanzadas como el bloqueo de fuentes de no confianza, Windows Event Forwarding y un nuevo diseño más seguro del DEP.

Por último, aunque muchos usuarios afirman lo contrario, Windows 10 ofrece a los usuarios un control casi total sobre el sistema, donde prácticamente todas las funciones pueden activarse o desactivarse, de manera que si alguna de las características de este no nos gusta podemos deshabilitarla y olvidarnos de ella.

5 razones para no actualizar a Windows 10

La primera de las razones por las que no debemos, o podemos, actualizar es por la compatibilidad. Este nuevo sistema operativo requiere un hardware relativamente moderno ya que hace uso de ciertas funciones que, si lo intentamos montar, por ejemplo, en un procesador de 10 años, no dispondrá de ellas. En cuanto al software es parecido, aunque el kernel es el mismo que el de Windows 7 y Windows 8, es posible que algunas aplicaciones no funcionen correctamente en este nuevo sistema operativo.

En segundo lugar, este nuevo sistema operativo envía una gran cantidad de información a Microsoft para poder hacer funcionar correctamente todas sus funciones y herramientas como Cortana. Por ello, si te preocupa la privacidad, lo mejor es no instalar este nuevo sistema operativo.

En tercer lugar, los usuarios que quieran tener un control exhaustivo sobre Windows Update no podrán hacerlo. Con Windows 10, Microsoft ha simplificado al máximo el proceso de actualización de su sistema operativo hasta el punto de que los usuarios más avanzados no podrán controlar prácticamente nada.

En cuarto lugar, con tantos esfuerzos por simplificar el sistema operativo, Microsoft ha conseguido que algunos apartados de este, como el menú de configuración (pensado para sustituir al panel de control) tengan un aspecto inacabado, donde muchas opciones son complicadas de encontrar y donde, además, faltan opciones. Con el lanzamiento de Anniversary Update, probablemente esto cambie, pero hasta ahora, es lo que hay.

Por último, como regla básica de la informática, si algo funciona no lo toques. Windows 7 y Windows 8.1 son grandes sistemas operativos y, si estamos utilizando uno de ellos y no tenemos problemas, probablemente no debamos actualizar, especialmente si no tenemos conocimientos medios como para formatear el sistema en caso de que funcione mal. Además, recordamos que Windows 10 funciona de forma excelente cuando se instala desde cero, no pudiendo decir lo mismo tras actualizar desde versiones anteriores.

¿Se te ocurren más razones por las que actualizar o no actualizar al nuevo Windows 10?

 

Fuente: softzone