Reinstalar Windows es algo muy común. Si queremos eliminar un virus, o bloatware que viene instalado de serie, o, incluso, para eliminar programas y basura instalados durante años si compartimos el ordenador. Para hacerlo, podemos llevarlo a una tienda, y que nos cueste dinero, o podemos hacerlo nosotros sencillamente siguiendo los pasos adecuados, siendo mucho más rápido y sencillo que eliminar los programas y archivos uno a uno, ya que siempre van a quedar archivos temporales y residuales.

Restablecer una instalación de Windows 8, 8.1 y 10

Esta opción permite restablecer Windows utilizando los propios archivos del sistema operativo que se encuentra instalado en nuestra unidad de sistema.

windows-10-recuperacion.jpg

En Windows 10, para ir a esta opción, nos iremos a Configuración > Actualización y seguridad > Recuperación. En la parte de arriba encontraremos la opción de Restablecer este PC. Le damos a comenzar, y nos dará a elegir si queremos una instalación limpia, o si preferimos conservar los archivos personales. Los programas habrá que reinstalarlos otra vez. Para la próxima Windows 10 Anniversary Update, Microsoft nos permitirá eliminar incluso el bloatware que añaden los fabricantes. No habrá problemas de incompatibilidad de drivers, pues Windows 10 los incluye prácticamente todos de serie ya.

Partición de recuperación

En versiones anteriores de Windows, era normal encontrar que los fabricantes, para ahorrarse incluir discos con la instalación de Windows de serie, preferían hacer una partición en el disco duro de la unidad dedicada a restaurar el sistema. Esta unidad se puede utilizar para dejar el ordenador tal cual estaba recién comprado. En ordenadores más antiguos se incluía esta recuperación en DVDs físicos, por lo que podemos recuperar desde ahí también.

El nuevo sistema incluido en Windows 10 de Restablecer sistema hará que esta opción sea cada vez menos común, ahorrando así al usuario espacio en su unidad.

Herramienta de creación de medios (o Media Creation Tool) para Windows 8.1 y Windows 10

Esta herramienta nos dará dos opciones. Una, que nos permitirá actualizar nuestro sistema operativo manteniendo archivos. Y una segunda, con la que podremos obtener una imagen ISO para descomprimirla o copiarla en el medio que queramos, como un pen drive. Gracias a este sistema, podemos especificar el idioma, la versión de Windows, y su arquitectura. Así, una versión en español de Windows 10 Pro 64 Bits será más sencilla de instalar, y ocupará menos espacio. Este sistema está disponible para Windows 8.1 y Windows 10.

Para instalar cualquier versión de Windows 7 o posterior, podemos simplemente descomprimir la ISO en la unidad que queramos, y ejecutar el setup.exe, sin tener que reiniciar el ordenador y ejecutarlo desde el Gestor de Arranque.

media-creation-tool.jpg

Es mejor intentar obtener las imágenes ISO desde este programa. Con ello, nos evitaremos que éstas hayan podido ser modificadas por terceros, o que vengan menos actualizadas que la que descarguemos, pues una ISO que descarguemos mediante el Media Creation Tool incluye todas las últimas actualizaciones de seguridad y drivers. Para evitarnos problemas de licencias a la hora de actualizar, podemos obtener la KEY de nuestra instalación de Windows con programas como ProduKey. Si cuando instalemos la nueva versión de Windows no aparece como activado, podemos introducir la clave manualmente gracias a haberla apuntado previamente con este sistema.

Para descargar el Media Creation Tool, pinchad en este enlace.

Si lo que quieres hacer es una instalación limpia de Windows 7, necesitarás introducir la clave oficial del producto en la web oficial, en este enlace. Para instalarlo, sólo tienes que o descomprimir el ISO, o puedes grabarlo en un pen drive con esta herramienta que Windows tiene a su disposición para ello.

Ten preparados los drivers

A la hora de reinstalar Windows, una de las tareas más pesadas es buscar e instalar manualmente todos los drivers que necesitemos en nuestro ordenador. Red, Wi-Fi, Bluetooth, sonido, etcétera. Si tienes Windows 7, este proceso deberás realizarlo a mano en casi todos los drivers. Windows 8.1 fue conocido por una gran variedad de incompatibilidad de drivers de sonido, red y tarjeta gráfica incorporada. Si no encontrabas el driver de red adecuado, ibas a acabar teniendo desconexiones constantes, y con los integrados de la tarjeta gráfica, podía surgir un conflicto con los de la dedicada y acabar con la pantalla en negro.

En Windows 10, por suerte, Microsoft ha mejorado este aspecto, y si realizas una instalación desde cero, es probable que no tengas que preocuparte en instalar ni un solo driver, a excepción puntual de los de la tarjeta gráfica si quieres las mejoras de rendimiento de las últimas versiones.

Si aun así no encuentras los drivers, puedes descargarlos de la web del fabricante de tu placa base. Con introducir el modelo podrás descargarlos.

 

Fuente: PCWorld | adslzone