Windows 7 es la versión del sistema operativo de Microsoft más exitosa de todos los tiempos. En Redmond sabían que no iba a ser nada fácil destronarla, y por ese motivo dieron toda las facilidades de actualización a sus usuarios, llegando incluso a ser demasiado agresivos.

Pues bien, según los datos de Microsoft, esta táctica dio muy buenos resultados el primer mes que Windows 10 estuvo en el mercado. En esos primeros 30 días Windows 7 perdió 4 puntos porcentuales de cuota de mercado y Windows 8.1 solo 2. Sin embargo, la caída de Windows 7 se frenó en ese instante. A partir de ese mes, Windows 10 ha ido creciendo a base de quitar usuarios a Windows 8.1.

Windows 10 no puede con Windows 7

Windows 10 sigue creciendo. De hecho, en noviembre ya tenía una cuota de mercado del 16%, prácticamente empatado con Windows 8.1. Sin embargo, los usuarios de Windows 7 siguen siendo fieles a este sistema operativo y parece que no se van a mover de ahí por mucho que lo regalen.

Y esto supone un problema para Microsoft. Ellos siempre dijeron que querían llegar a los 1.000 millones de usuarios para 2017 con Windows 10, y para eso es de vital importancia que la gran mayoría de usuarios de Windows 7 se actualicen. Obviamente, estos irán pasando a Windows 10 con el paso del tiempo, sobre todo por la compra de nuevos equipos, pero el ritmo es demasiado lento para Microsoft.

Por todo ello todavía no se sabe si Microsoft cambiará de estrategia y en verano, cuando pase el periodo gratuito, lo ampliará unos meses más. Hay que tener en cuenta que el paso de Windows 8.1 a Windows 10 no es muy grande si hablamos de la estrategia de marketing de Microsoft, pero en cuanto a Windows 7 es totalmente diferente. Por ese motivo en Redmond quieren usuarios de Windows 7, que son los que harán que la nueva estrategia de Microsoft triunfe o fracase.

¿Vosotros creéis que al final Microsoft acabará regalando Windows 10 durante más tiempo? ¿Os actualizaréis?

 

Fuente: Microsoft | softzone