La realidad es que Windows 7 funciona a las mil maravillas y los usuarios ven pocas (o ninguna) razón para dar el salto a otro sistema operativo. Al contrario que con Windows XP, lanzado en 2001, nos encontramos antes un software mucho más moderno y que a nivel de rendimiento y seguridad tiene poco que envidiar a versiones más modernas.

Además, la apuesta de Microsoft por Modern UI y otras desafortunadas decisiones, han alejado a los usuarios tradicionales del actual sistema operativo. Bien es cierto que Windows 8.1 ha introducido algunos cambios necesarios para intentar volver a ganarse la confianza de los usuarios, pero no ha sido a costa de Windows 7 precisamente de donde ha conseguido aumentar su cuota de mercado.

Si repasamos los 9 últimos meses, desde principio de 2014, podemos ver como Windows 7 partía con una cuota de mercado del 50,19%. Esta cuota, nueve meses más tarde, es del 51,25%. Es decir, no solo no ha disminuido, si no que ha aumentado ligeramente. Esta tendencia la podemos enfrentar a lo que ha ocurrido con Windows XP, Windows Vista, Windows 8 y Windows 8.1:

Evolución últimos 9 meses:

  • Windows 7 de 50,19% a 51,25%
  • Windows XP de 20% a 14,75%
  • Windows Vista de 7,21% a 5,4%
  • Windows 8 de 6,62% a 5,96%
  • Windows 8.1 de 2,83% a 8,65%

En la siguiente gráfica podemos ver la evolución:

La pregunta es ¿puede cambiar la llegada de Windows 9 este panorama? La respuesta a priori es complicada. Microsoft debe andar con pies de plomo con la forma de vender su nuevo sistema operativo. Una nueva apuesta alocada por unir radicalmente lo táctil con lo tradicional como Windows 8, puede terminar bastante mal. Mañana saldremos de dudas, ya que está todo dispuesto para que se anuncie el nuevo sistema operativo de Microsoft.

Y vosotros que pensáis ¿acabará Windows 9 con el reinado de Windows 7?

 

Fuente: adslzone