Desde que una nueva versión de Android es presentada de forma oficial por la compañía de Mountain View, Google, hasta que llega a nuestros teléfonos inteligentes puede pasar un buen tiempo y, por “un buen tiempo” podemos comprender unos días, unas semanas, e incluso en la gran mayoría de los casos, varios meses. Hay una parte fundamental que depende en primera instancia del fabricante, pero una última acción corresponde a los operadores, los que en mayor medida suelen demorar las actualizaciones de firmware para los teléfonos inteligentes con sistema operativo móvil de Google, Android.

¿Cuál es el proceso de actualización de un dispositivo Android?

He aquí la primera cuestión y la más interesante para poder comprender por qué se producen estos retrasos en la llegada de una actualización de Android a nuestros teléfonos inteligentes desde que la versión en particular es presentada y lanzada de forma oficial por la compañía de Mountain View, Google. Esta información, la que prestamos a continuación, fue ofrecida hace algunos meses por HTC y corresponde a los teléfonos inteligentes libres:

  1. Google desarrolla la versión de Android y envía el PDK (kit de desarrollo de la plataforma) al fabricante.
  2. Google presenta la nueva versión de Android y se la envía al fabricante.
  3. Los fabricantes de teléfonos inteligentes y de chipsets valoran la posibilidad de actualizar los dispositivos.
  4. En caso positivo, el fabricantes de chipsets desarrolla los correspondientes drivers.

Una vez que termina el proceso de adaptación del hardware a las novedades de software es cuando el fabricante del teléfono inteligente en cuestión toma partido realmente. Por lo tanto, antes de ahondar en el tema, podemos ver ya cómo este retraso puede ser propiciado por el fabricante, sí, pero un primer ciclo depende sobre todo del fabricante de chipsets. En cualquier caso, tras la adaptación del hardware, el fabricante hace las modificaciones pertinentes sobre Android para construir un firmware que incluya ya su software propietario, lo prueba, y finalmente comienza el despliegue de la actualización OTA -Over The Air-.

En meses, el tiempo que tardaron en actualizarse a Android 4.4 KitKat los terminales señalados.

El ritmo de actualización de cada fabricante

Teniendo en cuenta que no estamos contemplando los dispositivos que no se han actualizado por decisión del fabricante, por el momento no entraremos a valorar si la política de actualizaciones de los fabricantes para con sus dispositivos móviles es correcta o fomenta la obsolescencia deliberada, pero sí estudiaremos con cierto detalle el ritmo de actualización que los principales fabricantes nos han mostrado recientemente.

Con respecto a la última versión desplegada, es decir, Android 4.4 KitKat -puesto que Android L aún no se ha lanzado de forma oficial, sino sólo para desarrolladores sobre los Nexus- podemos ver cómo Google volvió a ser la primera compañía en desplegar el firmware. Es evidente, puesto que se trata de la desarrolladora de Android. Por detrás nos encontramos con Motorola, que en el caso concreto de Android 4.4 KitKat tampoco nos valdría como referencia justa, puesto que se mantenían bajo la propiedad de Google.

Ahora bien, en un tercer puesto -que más bien es el primero- tenemos a HTC que, con su HTC One M7, fue el primer fabricante en ofrecer a sus usuarios la última versión del sistema operativo móvil de Google, Android 4.4 KitKat. Después de él, fueron Samsung y LG los que adoptaron la actualización, aunque con un retraso superior a los dos meses, que en este caso supone más del doble de tiempo de demora para mantener a sus usuarios con la última versión.

Las actualizaciones de Android, el arma actual de los fabricantes

Mientras que algunos dispositivos móviles, por cuestiones de hardware, no pueden ser actualizados a la última versión del software que lanza Google, la gran mayoría de los que quedan obsoletos por el no lanzamiento de una actualización tendrían una vida útil más larga. Mientras que la construcción de nuestros dispositivos móviles, según estudios, permitirían un período de uso cercano a los 5 años -algo mayor en algunos casos-, los usuarios estamos dando únicamente dos años de vida a nuestros equipos, como media. Estos datos, que recientemente conocíamos gracias a un informe, no revelan, sin embargo, el mercado de segunda mano que está madurando gracias al “consumismo” en este campo.

Ahora que, si bien es cierto que los fabricantes provocan, en cierto modo, una reducción del ciclo de vida de los teléfonos inteligentes para el “primer consumidor”, también están dando lugar a la imposibilidad de potenciar el mercado de segunda mano. Y en este sentido, mientras que al fabricante no le interesa, a priori, fomentar el mercado de segunda mano, gracias a este se producen unos volúmenes de compras de terminales nuevos prácticamente iguales, mientras que por evitarlo se está impidiendo que tengan ingresos comercios secundarios del sector, se está evitando también que los consumidores de “primer orden” continúen comprando producto nuevo y, en último lugar, se está impidiendo la creación de empleo indirecto. Porque, como es evidente, hay quien tiene que conformarse con comprar un teléfono inteligente de segunda mano -más barato- y conformarse con la versión de Android -desactualizada- que incorpore. Además, así los fabricantes también ahorran en desarrollar y adaptar el firmware.

 

Fuente: Ars Technica | adslzone