Ya te hemos hablado en incontables ocasiones de cuáles son los mejores ajustes que puedes hacer en tu conexión WiFi a la hora de protegerla. Y lo más probable es que hayas leído sobre ello en muchos otros lugares. Lo que vamos a hacer ahora es recomendarte lo opuesto: lo que no debes hacer. Pero no porque te vaya a poner en un aprieto o exponerte a sufrir problemas, sino porque, en realidad, no sirve de nada. Por mucho que apliques estos cambios, la seguridad de tu WiFi será la misma.

Ocultar el nombre de la red

Suena muy guay. Si ocultas el nombre de tu red da la sensación de que estás poniéndola en modo de camuflaje para que nadie sepa que está ahí. ¡Qué misterioso! Y qué inútil, también. Porque no ganas nada. Si una persona con conocimientos para saltarse la defensa de tu conexión WiFi quiere encontrarla, la va a encontrar sin ningún tipo de problema. Y, para los demás, realmente no ganas nada ocultando el nombre.

Hay cero ventajas, absolutamente cero. En realidad, hay desventajas. Porque si ocultas el nombre de la red seguro que llega un momento en el que te arrepientes de ello. Al fin y al cabo, acabarás necesitando conectarte con algún dispositivo nuevo y te encontrarás con que está oculta.

Filtrar direcciones MAC

No, no pierdas tiempo con esto, de verdad. Es terrible. Vas a dejarte la vida administrando la colección de direcciones MAC que tienes en la lista negra y las que están autorizadas. ¿Y para qué? Para nada, porque hoy día es muy habitual que estas direcciones se generen de manera aleatoria, así que acabarás viendo que no tiene ningún sentido hacerlo. La buena noticia es que quizá tu router no te proporcione esta opción, así que ya te habrás ahorrado una buena pérdida de tiempo.

Cambiar el nombre de la red

Más tiempo perdido. Si te hace ilusión, cambia el nombre, pero no vas a obtener ninguna ventaja con ello. El cambio de nombre de la red WiFi hay personas a las que les inspira mucha confianza y les hace sentirse tranquilas. Pero más allá del beneficio psicológico, no hay ningún motivo por el que resulte recomendable. Y si estás actualizando el nombre cada cierto tiempo «para que no entren en mi WiFi», y lo decimos porque sabemos que hay personas que lo hacen, por favor, deja de hacerlo.

Puedes invertir esos minutos de tu vida en cosas que te aporten algo. Recuerda que si hay alguien por ahí que está detrás de tu conexión, no le vas a engañar por mucho que cambies el nombre de la red. Y al resto de mortales les da igual el nombre que tengan las redes que están a su alrededor.

Poner IPs estáticas a tus dispositivos

Esta es una función que puedes utilizar cuando realmente sea necesaria, pero no pensando en ella como una herramienta para aumentar la seguridad de tu conexión. Si lo haces por eso y te dedicas a darle una IP estática a cada uno de los dispositivos que tengas en tu red personal, estarás gastando tiempo valioso sin ganar nada a cambio.

Resulta más conveniente que reserves todo lo relacionado con las IPs estáticas para casos en los que no haya otra solución, como si algún dispositivo falla o no te proporciona una buena conexión o si quieres poner en marcha un servidor dedicado a Minecraft.

Elegir una contraseña larguísima

¡Esto es muy común! Y lo sentimos por todas las personas que penséis que haciéndolo estáis consiguiendo que vuestro WiFi sea imposible de hackear. Porque no es así. En serio, no. Las contraseñas que el router te permite configurar para tu red WiFi tienen una extensión máxima de 63 caracteres. Quizá pienses que, por lo tanto, lo mejor es que la contraseña sea una combinación de 63 números, símbolos y letras, porque «cuanto más largo, más seguro«.

passwordsaper

Pero eso es falso. En el momento en el que tu contraseña ya es segura, a lo cual llegarás cumpliendo con una serie de requisitos fundamentales, como que combine todo, que tenga símbolos y se escape de las obviedades habituales, no habrá diferencia si es más corta o más larga. Una vez es segura, esa contraseña ya obligará a los hackers a que utilicen herramientas para poder saltársela. Así que no pongas 60 letras y números imposibles de recordar, porque cuando tengas que poner la contraseña con el mando de la tele, con el móvil o de cualquier otra forma, vas a encontrarte con que es un infierno. Y, por supuesto, será imposible que la memorices.

Desconectar el DHCP

Y vamos acabar con este otro consejo que seguro que provoca que recibamos algún comentario poco amigable. La leyenda urbana dice que, desconectando la función DHCP, cualquiera puede conseguir que su WiFi sea mucho más seguro. Eso ha llevado a que, durante los años, suela ser lo que primero recomiendan algunos gurús de la seguridad.

Pues te vamos a decir que no, que no lo hagas, porque es perder el tiempo. ¿Sabes haciendo esto cuánto ralentizarás a un atacante que esté intentando entrar en tu WiFi? Unos pocos minutos. Nada más. El resultado va a ser el mismo, pero tú sufrirás las molestias que están directamente relacionadas con la desconexión del protocolo DHCP.

¿Pero entonces nada sirve?

¡Hay soluciones, por supuesto! Como te decíamos, en nuestros artículos ya te hemos dado consejos en distintas ocasiones, como usar las redes de invitados, utilizar un buen sistema de encriptado como WPA2-AES o tener tu router siempre actualizado a su último firmware. Ese tipo de cosas no te harán perder el tiempo y te darán un poco de apoyo a la hora de proteger tu conexión WiFi. Pero todo lo anterior de lo que te hemos hablado, no vale de nada.

 

Fuente: adslzone