Pongámonos en situación. Hablamos de Naum Lantsman, un hombre septuagenario que, durante la pandemia, se encontró pasando por un momento muy complicado. Su negocio de equipamiento para restaurantes se estancó, dado que todos sus clientes dejaron de invertir y algunos de ellos cerraron de forma definitiva. Como salida a su difícil situación, se refugió en las criptomonedas. Esa fue la peor decisión de su vida.

Un momento terrible

Las criptomonedas encontraron en la pandemia una gran aliada. Hubo quien ganó mucho dinero, mientras que otros lo perdieron. Para Lantsman resultaba un buen plan, puesto que, además, se trataba del momento en el que el mercado estaba al alza. Cuando vio un anuncio publicitario en Instagram donde se promocionaba una plataforma conocida como SpireBit, llamó la atención del veterano empresario. Tenía buena pinta, se informó y lo que encontró no le hizo sospechar de nada.

El anciano creó su cuenta en SpireBit y recibió, poco después, la llamada de un comercial. Curiosamente, se trataba de un hombre que había crecido en la Unión Soviética como él y que hablaba ruso. Eso ayudó mucho a que este residente de Los Ángeles decidiera ir a por todas con lo que se le estaba ofreciendo. De todas formas, quiso ser precavido y, al principio, solo invirtió 500 dólares. Por sorpresa para él, la inversión que había puesto en depósito no tardó en crecer.

Le prometieron millones

Naum Lantsman todavía no había descubierto que la plataforma que estaba usando para invertir en criptomonedas, en realidad, ni siquiera existía. Pero sí descubrió que sus 500 dólares casi se habían convertido en 1.000 en cuestión de unas pocas semanas. En SpireBit decidieron jugar con él con la malvada inteligencia de las grandes estafas. Tuvieron paciencia, no le persiguieron con rapidez, sino que dejaron que el hombre se fuera haciendo, poco a poco, su propia película.

Luego sí que llegó el momento de presionar. El mismo agente de la plataforma con el que había hablado antes, llamado Pavel, le volvió a llamar. Poco a poco le convenció de seguir invirtiendo. Si estaba ganando tanto dinero con su inversión, Lantsman pensó que sería lógico continuar metiendo más y más dinero sin descanso. La posibilidad de hacerse millonario por medio de su inversión, de cumplir los sueños que había arrastrado toda su vida y de sorprender a su familia, fueron suficiente como para que se dejase llevar. Al final, invirtió todos los ahorros de su vida: 340.000 dólares, más de 300.000 euros al cambio. En la web podía ver cómo su dinero crecía y cómo se registraban operaciones automáticas exitosas que hacía con criptomonedas sin que él tuviera que tocar nada.

Por supuesto, llegó un momento en el que la víctima quiso retirar parte de su dinero y de sus ganancias. Los estafadores sabían que eso iba a ocurrir antes o después. Cuando eso ocurrió, se encontró con las medidas de seguridad que tenía SpireBit para evitar incidentes. Le pedían, mediante un documento bancario de Barclays, que hiciera el depósito del 2% del dinero que estaba interesado en retirar. Así, los scammers, todavía querían sacar más dinero incluso cuando ya se lo habían quitado todo a este empresario de Los Ángeles. En ese momento, para Naum Lantsman fue obvio: habían arruinado su vida.

No fue el único estafado

SpireBit no solo robó a una víctima, sino que hubo otras. A Aleksey Madan, de 68 años, le pasó exactamente lo mismo, aunque se desconoce la cantidad que llegó a invertir. Lo curioso es que este hombre también era un ciudadano nacido en la Unión Soviética, por lo que se puede llegar a ver que posiblemente la plataforma cripto tenía muy definido el tipo de víctima al cual se dirigía.

Cuando se han realizado las investigaciones pertinentes por parte de las autoridades, se han confirmado características sobre SpireBit que coinciden con otras estafas del mercado. Son plataformas que no están reguladas, que no tienen relación con los organismos del sector de las criptomonedas y que cuentan con perfiles profesionales falsos de sus creadores y trabajadores. En este caso, se llegó a ver que todas las fotos que el equipo de la empresa tenía en LinkedIn procedían de webs gratuitas.

Por desgracia, este tipo de cosas se les escapan a muchos usuarios de avanzada edad que no tienen tantos conocimientos de Internet como los más jóvenes o los más experimentados. Además, es fácil dejarse llevar en este tipo de situaciones en las que se hacen unas promesas tan irresistibles. Por desgracia, SpireBit sigue existiendo.

Cuando uno de los periodistas de NPR, que ha destapado este caso, se ha intentado registrar, se ha encontrado con que tenía que invertir un mínimo de 350 dólares. Al decirle al agente de la web lo que sabían y lo que habían investigado, la respuesta que les ha dado es que posiblemente esas personas hayan sido víctimas de otra plataforma con su mismo nombre. Un poco más de investigación parece confirmar que SpireBit sigue siendo la misma estafa que timó a Naum Lantsman y que, por lo tanto, podría seguir robando a otras personas. Recuerda que no hay problema en que inviertas en criptomonedas con una plataforma de confianza, pero mucho cuidado con este tipo de estafas capaces de acabar con los ahorros de toda una vida.

 

Fuente: NPR | adslzone