Ya sea en casa de los amigos, en un restaurante o una sala de espera, preguntar si hay WiFi y cuál es su clave es casi una nueva rutina para asegurarnos de que en todo momento podamos estar conectados a internet. ¿Pero te has preguntado de dónde viene y cuándo llegó a nuestras vidas?

El WiFi, ideado por Lamarr en 1942 y formulado en 1997

La realidad es que estamos ante una conectividad que utilizamos todos los días y que poco a poco se ha convertido en algo casi tan indispensable como puede ser el agua o la electricidad. Es, por lo tanto, un concepto tecnológico con el que estamos más que familiarizados… pero quizá no muchos conocen quién inventó esta red y cuáles son sus orígenes.

En pocas palabras; el WiFi que usamos en la actualidad se trata un medio de proporcionar internet de banda ancha a uno o más dispositivos por medio de transmisores inalámbricos y señales de radio. Así, cuando un transmisor recibe datos de internet, los convierte a una señal de radio que pueden recibir y leer los dispositivos compatibles. A partir de ahí el transmisor y el dispositivo ya pueden intercambiar información.

Con todo, su invención se le atribuye a las manos de Hedy Lamarr, una famosa actriz de cine que compaginaba su trabajo con el de inventora. Lamarr vivió entre 1914 y el año 2000. Hija de un matrimonio judío, Lamarr quiso desarrollar tecnología militar para ayudar al gobierno de los Estados Unidos.

Así, en 1942, patentó un sistema de comunicación secreta, que vino a ser lo que a día de hoy conocemos como los saltos de frecuencia. Años después, en 1997, se creó el primer estándar WiFi, IEEE 802.11, a manos del IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers, y del que recibe su nombre. Este permitía transferir datos a 1 Mbps.

Cómo fueron sus orígenes

Como tal, y aunque la ideóloga de este tipo de comunicación fuera la mencionada actriz austríaca, esta fue nombrada como Wireless Ethernet Compatibility Alliance, que dio nacimiento a lo que conocemos hoy en día. Lamarr viajó a Washington en de 1942 para ceder gratis la patente al ejército de Estados Unidos, pero el Gobierno de Roosevelt no le tomó en serio.

Aunque nunca se usó durante la Segunda Guerra Mundial, el invento se rescató durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962. No fue hasta 1997 cuando obtuvo el reconocimiento público, al ser premiada con un Bulbie por la Electronic Frontier Foundation.

Se le ocurrió durante una charla con su vecino de Hollywood, el compositor George Antheil, en 1940. La idea de una comunicación a través de una frecuencia en constante cambio sincronizada entre emisor y receptor había pasado por la cabeza de algunos inventores y científicos en el pasado, como Nikola Tesla. Pero ninguno había sido capaz de crear un dispositivo capaz de hacerla realidad.

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Como decimos, estos precursores de este sistema de red idearon las tecnologías de transmisión a través de ondas de radio. Pero los primeros intentos de usar estas ondas con fines informáticos se realizaron en 1971, cuando una red de ordenadores creada por la Universidad de Hawai, ALOHAnet, conectó varias islas hawaianas enviando paquetes de datos a través de las ondas UHF, que se usaban para los canales de televisión. Algunos de los protocolos usados por ALOHAnet son la base de Ethernet, y del propio WiFi.

Esta idea terminó siendo una pieza clave en las tecnologías

La idea de Lamarr de usar frecuencias siempre cambiantes para evitar interferencias ha terminado siendo una pieza clave de muchas de las tecnologías de radio que usamos hoy en día. De hecho, junto al WiFi, lo tenemos también con el propio Bluetooth, las cuales ambas utilizan esta técnica para evitar interferencias producidas por otros dispositivos cercanos.

Así, más allá de la radiofrecuencia, esta tecnología debe su nacimiento a un protocolo estándar diseñado para permitir redes inalámbricas locales. Esta es la mencionada 802.11, que es la responsable de que contemos con internet sin cables en hogares, lugares públicos… entre sus muchos cometidos, lo que intenta es unificar criterios y otros aspectos técnicos para facilitar la integración entre tecnologías.

En constante evolución, su tecnología mejora y se hace más eficaz con el paso de tiempo. De hecho, entre sus aspectos positivos se encuentra que cada vez es más segura. Muy fácil de instalar mediante puntos de acceso, esta red puede emplearse para dar acceso a una conexión a internet, ampliando su alcance, pero también para conectar varios dispositivos a nivel interno con la ventaja de no necesitar cables para transmitir datos o archivos.

Actualmente su alcance depende de las antenas y repetidores, donde las conexiones domésticas (mediante el router) lo hacen alcanzan unos 25 metros, mientras que con dispositivos profesionales es posible llegar a 30 kilómetros de distancia.

 

Fuente: adslzone