Que la gran mayoría de nuestros lectores se suelen preocupar de tener contraseñas realmente seguras es algo de lo que no dudamos. Pero por si acaso alguno quiere informarse sobre cómo mejorarlas, desde Softzone os vamos a dar cinco consejos sencillos que, si los ponéis en práctica, iréis un paso más allá en vuestro nivel de seguridad.

No repetir contraseñas

Esto es obvio, aunque muchas veces por comodidad lo hacemos. Es lo más normal del mundo que si alguien descubre nuestra contraseña de Gmail, también la pruebe en Facebook, Twitter, LinkedIn, y en todos y cada uno de los servicios en donde quizá tengamos una cuenta. Como mucha gente lo hace, los hackers lo saben y prueban. Es una acción que no les va a quitar apenas tiempo y que muchas veces funciona. Pues no, hay que darles trabajo, que sufran por encontrar cada contraseña de cada servicio en el que estemos. No les demos una llave universal.

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No compartir las contraseñas

Sí, puede ser un poco fuerte no compartir una contraseña con alguien a quien quieres, aprecias o confías. Seguramente no pase nada, pero hay que tener en cuenta que compartir una contraseña es perder el control sobre ella totalmente. Hay que pensar que una contraseña compartida es como dejar un billete de 5€ en una calle por la que sabes que nunca pasa nadie. Probablemente al día siguiente esté, pero has perdido el control sobre él y ha podido pasar cualquier cosa, desde que al fin haya pasado alguien, que se lo lleve el viento o que se lo coma un animal. Al compartir, ya no tienes el poder de controlar tu contraseña y, por lo tanto, puede pasar cualquier cosa.

No hay que usar contraseñas débiles

Todos nos sabemos ya cuales son aquellas contraseñas débiles. Ya sabemos, no utilizar información personal, ni nombres de mascotas, ni direcciones, etc. Sin embargo, con la cantidad de veces que nos dicen que una contraseña fuerte es una que tiene mayúsculas, minúsculas y números, a menudo, con tal de respetar estas condiciones, terminamos poniendo una contraseña fácil de adivinar. Recordad, no hay buenas contraseñas, ni contraseñas perfectas, sino malas decisiones que hemos tomado al ponerlas.

No confiar en los medidores de intensidad de contraseña

Sí, los medidores de contraseñas están de moda, pero no hay que hacerles caso. Es muy fácil engañarles y hacerles creer que una contraseña es tan fuerte e irreductible, que ningún hacker del mundo la conseguirá pasar, ya que hemos puesto muchos símbolos, mayúsculas, minúsculas y hasta emoticonos. Bueno, esto último es demasiado. Lo que queremos decir es que, como dijimos antes, si complicamos mucho las condiciones de una contraseña, igual también la estamos debilitando.

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No cambiar las contraseñas cada poco tiempo

Antes nos daban un consejo que, en su momento, tenía sentido. Si cada cierto tiempo cambiábamos la contraseña, minimizábamos los daños que podría causar que alguna vez descubrieran cual es. Sin embargo, ahora ya no vale. El problema es que tenemos muchas cuentas en muchos servicios y tener que cambiar todas cada mes, por ejemplo, hace que tengamos que idear una técnica para recordarlas. Esta técnica, por ejemplo ir cambiando el número final, simplifica la contraseña, por lo que la debilita. No, cambiarlas no es una opción.

Como veis, son sencillos trucos que, si los seguís, conseguiréis contraseñas más seguras. Además, nunca viene mal tener disponible un gran gestor de contraseñas.

 

Fuente: softzone