La seguridad biométrica, basada entre otros aspectos en nuestra huella digital, permite una elevada seguridad para los dispositivos móviles. Lo mismo ocurre con el reconocimiento facial con la cámara del terminal, o bien el contraste con la captación de voz por parte del micrófono. Pero hay más factores que pueden ayudar a identificar de forma única e inequívoca a un usuario, y esos otros parámetros son “cómo hacemos swipe”, “cómo nos movemos” y “cómo escribimos”.

Según ha demostrado la investigación en torno a Project Abacus, que ha reunido a más de 30 universidades, este sistema combinaría varias de las posibilidades actuales en materia de seguridad para, de forma inteligente, verificar la identidad del usuario sin demorar más tiempo que con un PIN regular, o bien el uso de la huella dactilar. Ahora bien, este sistema implica recoger aún más información sobre los usuarios, motivo por el cual el tratamiento de información es esencial desde la perspectiva de la privacidad.

¿Están reñidas la seguridad y la privacidad del usuario?

La polémica no es nueva, y es que la utilización de sensores de seguridad biométrica ya hizo plantear el debate. Con la premisa de garantizar mayores niveles de seguridad, un factor del que depende de nuestra privacidad, compañías privadas almacenan en sus servidores “información sensible” de los usuarios. Ya no hablamos de la huella dactilar, sino de patrones de comportamiento que contemplan cómo utilizamos nuestro dispositivo inteligente.

¿Qué prima, la seguridad o la privacidad?

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Fuente: PhoneArena | adslzone