No son pocas las páginas web, y los servicios de Internet, que recopilan información de sus usuarios hasta extremos cuestionables. Google, por ejemplo, es una de “esas compañías” que no disfrutan de muy buena fama en el tratamiento de información de los usuarios y, evidentemente, el respeto sobre su privacidad. Ahora bien, si hay alguien con mala fama en este sentido, ese es Mark Zuckerberg, por la red social Facebook.

La culpa es de la publicidad, dice Facebook

¿Cómo ofreces en Internet publicidad específica para los usuarios? Las cookies. No, no son galletas, y desde luego que no son nada dulce, sino más bien salado y, permitídmelo, amargo. Las cookies son archivos temporales que se generan en nuestro ordenador, y a los cuales tienen acceso los sitios web que crean tales archivos. Con ellos, se almacena información de rastreo, que puede incluir sitios de terceros que visitamos, entre otra información. Si no eres usuario de Facebook, y sólo visitante, la cookie tiene un identificador único y fecha de caducidad de dos años. Y si eres usuario, se crearán cookies adicionales.

En Europa, lo de Facebook “es trampa”

Este tipo de rastreo, y sus matices, parecen incumplir la normativa europea que requiere el consentimiento previo, libre e informado antes de almacenar o acceder a la información en el dispositivo de un individuo. Así, según esta puntualización, Facebook no aporta suficientes detalles sobre la información que se recopila y el uso que se hace de la misma.

 

Fuente: Ars Technica | adslzone

 

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