Microsoft ha sentido miedo. Miedo a que los usuarios dejen de usar Office en un futuro, miedo a que sus programas de ofimática dejen de ser los más usados, miedo al fracaso más absoluto. Y es que, teniendo en cuenta que ahora ya hay muchas aplicaciones gratuitas tanto en iOS como en Android, saben que muchos usuarios van a optar por no pagar nada a la hora de editar documentos en sus tables y smartphones. Además, la propia Apple ya distribuye de forma gratuita su suite ofimática entre los compradores de sus nuevos dispositivos, y en este caso no estamos hablando de aplicaciones de poco nivel que son gratis. Es la gran competidora de Microsoft la que decidió que su programas no costaran un duro.
En Redmond dan otra versión
Desde Microsoft no se reconoce que este paso se haya dado debido a la gratuidad de las aplicaciones de la competencia. ‘Es una extensión de la estrategia que tenemos. No es un cambio estratégico total. Estamos tomando la misma experiencia de usuario que ofrecemos en línea para las aplicaciones nativas de iOS y Android. Queremos asegurarnos de que nuestros clientes pueden ser productivos a través de todos los dispositivos que tienen’, explica el director de marketing de Office, Michael Atalla.
Es decir, en Redmond afirman que, ya que ofrecen de forma gratuita Office Online, este paso era totalmente lógico. Además, la gratuidad no se extiende a las empresas, que seguirán teniendo que pagar una suscripción a Office 365 para poder editar documentos en los dispositivos móviles.
¿Pero qué pasa con aquellos usuarios que estén pagando Office 365 para poder editar documentos en su tablets y smartphones? Según Microsoft siguen teniendo la posibilidad de tener almacenamiento ilimitado en OneDrive, por lo que no tienen que sentirse frustrados en este sentido.
Obviamente Microsoft barre para casa, pero no cabe ninguna duda que quien no necesite tanto almacenamiento y solo quiera editar documentos en su iPad, se va a dar de baja en seguida de Office 365 ya que para él, ya no habrá un valor agregado que merezca la pena pagar.
