Las redes sociales se han inundado de comentarios poco amables sobre las actualizaciones de Windows 10 de usuarios de las tarjetas gráficas de NVidia. Parece ser que la actualización de estos drivers de forma automática ha causado problemas graves en los ordenadores, llegando incluso a estropear algunos de ellos. O lo que es lo mismo, las actualizaciones automáticas de estos drivers pueden ser bastante peligrosas.
Obviamente Windows 10 todavía no ha sido liberado por lo que a partir del miércoles puede ser todavía más grave si Microsoft y NVidia no solucionan el asunto. De todas formas, todavía no se saben muy bien las causas ya que los problemas son muy variados. Desde bloqueos aleatorios a problemas con configuraciones multi-monitor. Además, algunos juegos como Starcraft 2 y Diablo 3 están sufriendo problemas gráficos e incluso algunos usuarios se han visto abocados al modo recuperación.
¿Cuál es el motivo? ¿Es culpa de NVidia o de Windows 10?
Todavía no se puede explicar muy bien cuál es el verdadero motivo de estos problemas, aunque algunos expertos apuntan a la falta de sincronización entre las actualizaciones de Windows Update y las del propio fabricante. Ahora que las actualizaciones son obligatorias y automáticas, los parches de Windows Update llegan más rápido a los usuarios, así como los de la propia herramienta de actualización de NVidia en este caso. Esto puede producir y parece que lo ha hecho, un conflicto entre ambas herramientas ya que si no están muy bien sincronizadas cada una podría creer que tiene la versión más reciente del controlador, por lo que se entraría en un bucle continuo de actualizaciones que puede dar bastante problemas a los usuarios.
Obviamente la solución más fácil es desinstalar la gestión del controlador de NVidia ya que en Windows 10 es, de momento, imposible controlar las actualizaciones. Pero claro, eliminamos el problema y también eliminamos el control de sus productos a las empresas especializadas lo que tampoco parece muy inteligente.
Por todo ello Microsoft debería recapacitar y devolver el control de las actualizaciones a los usuarios que lo deseen. De esta manera, se eliminarán bastantes problemas que seguramente surjan en el futuro si siguen por este camino.
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