Algunos iPhone superan la tasa SAR especificada por Apple

Esta tasa máxima es de 1,6 W/kg en Estados Unidos, mientras que en la Unión Europea la tasa puede ser de 2 W/kg. Móviles como el S10 emiten, según las pruebas europeas, 0,48 W/kg en la cabeza y 1,59 W/kg en el torso. El iPhone XS emite 0,99 W/kg en ambo, mientras que el iPhone 7 emite 1,38 W/kg y 1,34 W/kg.

Sin embargo, en pruebas realizadas por The Chicago Tribune, la cifra habría superado el límite legal permitido en el iPhone 7 con 2,81 W/kg. Para realizar la prueba, utilizaron un iPhone 7 a máxima potencia en un recipiente con un líquido que emula el tejido humano hecho principalmente de agua, sal y azucar. Durante 18 minutos, un brazo robótico fue tomando mediciones de radiación para ver cuánto absorbía el líquido.

Sorprendentemente, las mediciones mostraron que superaban el límite legal permitido y que duplicaban las cifras que Apple había comunicado a las autoridades regulatorias sobre sus propias pruebas. Esto es alarmante, ya que un terminal no puede superar nunca la radiación máxima. Para confirmar que no era un fallo de un terminal, probaron con otros tres iPhone 7, y todos superaron los límites legales.

A raíz de la prueba, realizada bajo los estándares federales en un laboratorio certificado, la FCC ha anunciado una investigación para esclarecer si Apple ha realizado alguna modificación posterior en los terminales después de ponerlos a la venta. Las pruebas que harán se prolongarán durante dos meses.

Para realizar las pruebas de radiación, los fabricantes de móviles han de elegir un laboratorio independiente, pero ellos pueden elegir el que quieran. Además, sólo se realiza la prueba en un único terminal. El teléfono ha de estar a una distancia no superior de 25 mm del cuerpo en Estados Unidos y en la UE según la norma UNE-EN 62209-2:2010/A1:2019, una decisión que se tomó debido a que la gente llevaba el móvil en pequeños estuches en el cinturón en aquel entonces. Apple realiza las pruebas a 5 milímetros, mientras que el resto de fabricantes lo hacen a una distancia de entre 5 y 15 milímetros. El Chicago Tribune probó a hacer a una distancia de 2 mm, y comprobó que algunos terminales quintuplicaban el límite legal.

En 2012 ya se propuso reducir esta distancia para las pruebas, ya que estando todos pegados al cuerpo se puede saber fácilmente si las mediciones están acordes al estándar. Sin embargo, siete años después, la FCC lo único que ha concluido es una recomendación de que “no llevemos el móvil en los bolsillos”.

El medio contactó con Apple, y la compañía respondió que no habían hecho bien las pruebas, y que “tenían que activar unos sensores que reducen la potencia del móvil”. A pesar de reducir el valor, éste seguía estando por encima del límite legal. El iPhone 8, que antes superaba los límites legales con 2,64 W/kg, ahora estaba por debajo. Para las pruebas del Chicago Tribune, configuraron los móviles para operar en la misma banda, frecuencia y canal que emitía el mayor número de ondas y usaba la máxima potencia, lo cual es un uso límite y poco común.

La compañía también probó móviles de Samsung, como el S8, S9 y J3, donde a distancias de entre 10 y 15 milímetros los tres terminales estaban por debajo del límite legal. Sin embargo, al ponerlos a 2 mm, la cifra estaba por encima del límite como ocurre con la mayoría de terminales del mercado, lo que pone de manifiesto que hay que revisar la normativa de pruebas para conocer el SAR de los móviles.

Los móviles no dan cáncer, pero hay que revisar la normativa de validación de los terminales

La radiación electromagnética que emiten los móviles no es ionizante, ya que usan para comunicarse las mismas señales que el WiFi o la televisión. Así, estas señales no pueden generar ionización y modificar o dañar el tejido humano al no alterar los electrones de los átomos, al contrario de lo que hace la radiación ionizante, como los rayos gamma o X. Por ello, los móviles no causan cáncer, tal y como han demostrado ya múltiples estudios. Los que han “demostrado” que causan cáncer lo han hecho en ratones, con radiaciones decenas de veces superiores a las que estamos expuestos los humanos equivalentes a estar hablando por el móvil las 24 horas del día durante meses, y con resultados cogidos con pinzas, ya que si se usan radiaciones reales no hay ningún efecto adverso.

No obstante, la normativa para estudiar la absorción de radiación de 1996 debería actualizarse por el uso de los terminales en la actualidad, ya que los tenemos más cerca y los usamos más que nunca, además de estar conectados a todo tipo de elementos inalámbricos, como el WiFi, las redes móviles o el Bluetooth.

Apple ha recomendado tradicionalmente en sus móviles el no utilizarlos cerca del cuerpo, y en el caso de las llamadas utilizar el altavoz o los auriculares siempre que sea posible. En los iPhone 4 y 4s incluso recomendaban llevar el móvil al menos a 10 milímetros del cuerpo para asegurarse de que los niveles de radiación eran inferiores al límite legal, lo cual muchos usuarios ni saben ni se molestan en leer, ya que creen que si compran un producto (y más viniendo de Apple), no debería haber ningún problema o riesgo para su salud.

En el caso del iPhone 7, la recomendación de Apple es que el móvil esté al menos a una distancia superior a 5 mm del cuerpo, pero nuevamente casi todo el mundo lo lleva en el bolsillo a una distancia de unos 2 mm, que suele ser la de la tela de los pantalones. Por ello, no sólo son las ondas no ionizantes lo que hay que tener en cuenta, sino introducir variables como la intensidad de la señal y el tiempo de exposición.

 

Fuente: The Chicago Tribune | adslzone