La rueda de prensa de Orange para presentar sus resultados trimestrales ha dado para mucho más. Por un lado, han descartado el lanzamiento de tarifas de datos ilimitados. Por otro lado, han confirmado que los ingresos por venta de terminales han caído un 17% en el primer trimestre, cifra algo mejor que la registrada a nivel general en España dónde la caída ha sido del 20%. Esto es una tendencia global de mercado que ha afectado sobre todo a los terminales de gama más alta, es decir, a aquellos que se colocan de manera demasiado habitual por encima de los 1.000 euros como precio de lanzamiento.

Orange ha confirmado una tendencia que ya sospechábamos, pero de la que no teníamos cifras concretas. Desde un tiempo a esta parte, el precio de los terminales móviles no ha parado de crecer y eso, tarde o temprano, tenía que influir en las ventas. En el caso de España, el mercado de venta de terminales ha caído un 20% en el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Los teléfonos móviles no paran de subir de precio y cada vez son más caros

El iPhone X de Apple sentó el peligroso precedente de situar el precio de lanzamiento de un terminal por encima de los 1.000 euros. Además, no hablamos de la versión con más memoria de almacenamiento. El iPhone X de 64 gigas llegó a España por 1.159 euros. Desde entonces, los de Cupertino se han mantenido en sus trece con esos precios (aunque también lanzaron el iPhone XR y Tim Cook reconoció que el iPhone vendió menos de lo esperado).

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Lejos de aprovechar esa situación, otros fabricantes como Samsung o Huawei se han subido al carro de lanzar terminales cada vez más caros. Sin ir más lejos, el Huawei P30 Pro cuesta 999 euros en su versión más barata y el Samsung Galaxy S10+ parte de 1.099 euros. Precios prohibitivos para el usuario medio que le llevan a apostar por la gama baja y gama media.

Por si fuera poco, estos fabricantes siguen presionando al alza con los precios a costa de la innovación. El nuevo Huawei Mate X, el primer terminal flexible del fabricante chino, se pondrá a la venta por 2.299 euros. Esto dejará las ventas en algo testimonial ya que, si ya caen las ventas de móviles de más de 1.000 euros, no queremos pensar en los de más de 2.000 euros.

El usuario ni puede ni quiere pagar esos precios por la “súper gama alta”

Los consumidores no han aceptado la subida generalizada de los precios de la gama alta y no están dispuestos a pagar más de 1.000 euros por un terminal con las últimas prestaciones. Fruto de ello es la caída del 20% de las ventas que tiene su explicación principal en el batacazo de los móviles más caros.

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Todo esto ha provocado que los usuarios estén apostando por gamas más bajas y también explica que cada vez tengamos más terminales de la conocida como gama media premium. La realidad es que la inmensa mayoría de usuarios no necesita un terminal de más de 1.000 euros al que muchas veces no le saca todo el partido posible.

La gama media premium ofrece terminales con grandes acabados, pantallas de buena calidad, cámaras capaces de ofrecer resultados más que aceptables y precios que uno puede considerar pagar (incluso renovar terminal todos años). Los fabricantes con terminales de más de 1.000 euros deberían prestar atención a este batacazo de las ventas de cara al futuro.

 

Fuente: adslzone