El tamaño del sensor no lo es todo en el móvil, pero sí es importante

Son varios los motivos que hacen que el tamaño de los sensores de los móviles no sea mayor que el que tienen ahora. Con el paso del tiempo los fabricantes han ido aumentando el tamaño de esos sensores, pero se encuentran con ciertos límites. Por ejemplo, este es el tamaño de sensor que tienen algunos de los móviles más populares en sus cámaras principales (ordenados de más pequeño a más grande)

  • LG G7 ThinQ: 1/3.1″
  • Xiaomi Mi A2: 1/2.9″
  • Samsung Galaxy S9/Note 9: 1/2.55″
  • iPhone XS Max: 1/2.55″
  • Google Pixel 3: 1/2.55″
  • Huawei P20 Pro/Mate 20 Pro: 1/1.7″
  • Nokia 1020 (2013): 1/1.5”
  • Nokia 808 (2012): 1/1.2”
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Como vemos, el tamaño del sensor es más grande cuanto menor sea el número del divisor (1/1.7″ es más grande que 1/2.55”). Las ventajas de tener un sensor más grande ya las detallamos en este artículo, pero en general tenemos un menor ruido en situaciones de baja luminosidad, un mayor rango dinámico y una mejor calidad de imagen. Un sensor más grande no va a traducirse automáticamente en una mejor calidad de imagen, pero sí nos ayudará a orientarnos al respecto. Si a ese factor le unimos el tamaño del píxel (cuanto más grande mejor), podremos saber con casi total certeza el rendimiento en situaciones de baja luminosidad.

En los móviles actuales se podría aumentar el tamaño del sensor, pero esto presenta muchos inconvenientes. En primer lugar, tenemos que aumentar el tamaño del sensor hace que también aumente el coste de fabricar esos sensores, y por tanto del móvil. A eso hay que sumarle que ocupan más superficie.

Más apertura y píxeles más grandes: compensando unos sensores pequeños

La calidad de imagen tampoco es algo que se note a simple vista en la pantalla de un móvil (en un PC sí). La ganancia en rango dinámico y en situaciones de baja luminosidad se han compensado con una mayor apertura y unos megapíxeles más reducidos para aumentar el tamaño de cada píxel y mejorar la luminosidad, además de un software cada vez más afinado. Sólo Huawei se ha aventurado recientemente por tener un sensor más grande a cambio de ofrecer más megapíxeles (20 en los modelos de gama alta).

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La distancia de la lente y el tamaño de ésta es otro factor que impide crecer a los sensores. Cuanto más grande sea el sensor, mayor tiene que ser el tamaño de la lente, aumentando el peso y tamaño en la parte trasera.

El Nokia 1020 que nombramos antes tenía un sensor de 1/1.5” y alcanzaba los 42 MP. La cámara era lenta, y además requería de una gran lente y un módulo de cámara que hacía que tuviera que sobresalir por la parte trasera para no disparar el espesor del terminal. En el Nokia 808 tenemos uno de los mayores (o incluso el mayor) sensor equipado en un móvil, con 1/1.2” y 40 MP. A cambio de ello, tenemos una cámara que sobresale de manera horrorosa en la parte trasera.

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En definitiva, el tamaño del sensor de las cámaras está condenado a no aumentar en los próximos años a no ser que aumente el espesor o tamaño de los móviles, lo cual está ya alcanzando sus límites. El futuro pasa por móviles con varios sensores y lentes para tener distancias focales distintas a la tradicional.

 

Fuente: adslzone