Rendimiento y autonomía volverán a verse afectados, y de manera notable, con la llegada del chipset Apple A12 a los nuevos iPhone de 2018. Así lo adelante Jason Cross, de Macworld, recordando que según las cifras de la propia TSMC, el paso a 7 nm supone incrementar en 1,6 veces la densidad de transistores. Además, se traduce –con iguales prestaciones- en nada menos que un 20% más de velocidad y una reducción del 40% de energía. Estos datos, como explica el de Macworld, se pueden extrapolar a las cifras de Apple, y relacionarlas con las especificaciones del Apple A11 Bionic.
Esto es lo que se espera del Apple A12, el nuevo procesador para los iPhone de 2018, que dará el salto a 7 nm
Si el mismo Apple A11 Bionic se trasladase a 7 nm, entonces conseguiríamos un procesador un 40% más pequeño y que consume un 40% menos de energía funcionando a la misma frecuencia de reloj; o bien, un 20% más rápido funcionando con la misma energía. Estas son las cifras aproximadas que resultarían de llevar, al Apple A11 Bionic y sus características, al nuevo proceso de fabricación. Pero el Apple A12 será un chipset más complejo, y probablemente no aumente demasiado la frecuencia de reloj con respecto a la generación anterior; por lo tanto, el salto en rendimiento no podrá ser tan grande.
El Apple A11 Bionic supuso un importante avance en el rendimiento en la ejecución de subprocesos de manera simultánea. Por primera vez, Apple incluyó en su chipset una configuración de seis núcleos: dos para máximo rendimiento, y otros cuatro para la máxima eficiencia energética. Esto, evidentemente, se tradujo en un importante impacto en la potencia multi core. En base a todo lo anterior, se espera un rendimiento entre un 25 y un 30% superior en multi core.
¿Qué hay de la GPU del Apple A12? El salto en el rendimiento gráfico podría ser mayor en los iPhone de 2018
Si la CPU se espera que aumente su rendimiento hasta en un 30% con respecto al Apple A11 Bionic, las cosas son diferentes para la GPU de los iPhone de 2018. En este sentido, comentan que podría alcanzar una mejora del 40%. Llegará un sustancial aumento en el ancho de banda de la memoria, pero esto no tendría por qué afectar de forma directa al rendimiento de los videojuegos; aquí, según las previsiones, podríamos experimentar una mejora de entre el 15% y el 25%.
