El lanzamiento de los nuevos iPhone 6 y 6 Plus por parte de Apple representa dos hechos innegables. Por un lado, la compañía repite la estrategia comercial de poner dos modelos en la calle de manera simultánea tal y como hizo con el iPhone 5s y 5c. En esta ocasión, tanto las características como demografía de cada producto son bien distintos al lanzamiento que se produjo hace un año, ya que si anteriormente se lanzaron dos modelos con diferencias técnicas y diseño, esta vez se comercializa dos productos técnicamente idénticos, pero eso sí, orientados a distintos perfiles de usuario.

En el dúo 6 y 6 Plus, la piedra angular se sitúa en la pantalla. Apple rompe la barrera invisible de las cuatro pulgadas a la que acostumbraba a sus usuarios y se adentra en un nuevo terreno de juego donde la partida ya había comenzado hace tiempo. Las comparaciones con otros terminales de amplia pantalla (los famosos phablet) y los modelos de Apple estaban a la orden del día, y cierto es que la compañía tardaba en dar un paso en este sentido. El mercado evoluciona, los usuarios demandan y las compañías, cada uno con su estilo y tiempo, responden. La respuesta de Apple con el 6 y 6 Plus: convincente.

Diseño

El diseño de ambos modelos marca una considerable distancia con las cuatro últimas generaciones de iPhone. Los ángulos rectos que predonminaban en los bordes y biselados de los equipos que -quizá- heredaban las últimas pinceladas de Steve Jobs se han reemplazado por bordes curvos uniformes, probabemente tomando ligera inspiración en el iPod touch y en la línea mostrada en los últimos iPad Air y mini. La estructura unibody solamente se interrumpe por el panel frontal que desborda hacia los laterales dando sensación de continuidad entre ambas piezas. Siendo honestos, este soplo de aire fresco en el diseño se agradece ya que consideramos que está bien ejecutado: el diseño no pierde lucidez y no se ha comprometido enormemente la usabilidad y manejo, especialmente gracias al grosor reducido. No obstante, en el 6 Plus notamos que sí hacía falta horas de rodaje para acostumbrarse al terminal, ya que el aluminio puede ser traicionero y es inevitable sentir la sensación de que se resbala en una sola mano.

Desde la primera generación de iPhone, la ubicación de los botones en el teléfono ha sido algo fijo e inamovible, casi icónico. El aumento de pantalla ha obligado a desplazar por primera vez el botón de encendido al lateral. La ubicación de dicho botón tanto el 6 como el 6 Plus se presenta cómodo de pulsar si el teléfono lo manejamos con una sola mano, siendo la única pega el perder la costumbre de buscar el botón arriba de manera inconsciente. No obstante, utilizando el teléfono con una Smart Case oficial de la compañía, hemos notado que la funda es extrañamente rígida en este aspecto. Lo más seguro es que con el paso de los días se ablande y facilite el pulsamiento del botón, pero acostumbrado a la Smart Case del 5s se aprecia esa dificultad inesperada. Probablemente se pueda achacar a que la hendidura del botón en la funda se ubica en el borde curvado del mismo y, en dicha ubicación, esté especialmente reforzada la estructura para abrazar el teléfono de manera segura.

La cubierta trasera se adorna (o se estropea, las opiniones son mixtas) con una serie de bandas que forman parte de la antenización del dispositivo. Aquí hay poco que hacer; en una jaula de aluminio, la señal necesita poder salir por algún punto controlado y estas bandas hacen que el dispositivo pueda comunicarse externamente. Sin embargo, el punto que más polémica genera es la cámara, o mejor dicho, su presencia sobrepuesta en la carcasa. Nunca había ocurrido esto en un terminal móvil de Apple (sí en el iPod touch) y se plantea controvertido. Según los responsables de la compañía la estructura de lentes y sensor hacían imposible ubicarlo en un módulo contenido en la estructura unibody, y cierto es que otros dispositivos de otras marcas han recurrido a esta técnica de cámara sobrepuesta con mayor o menor éxito. En este caso, no podemos evitar tener la noción de que es algo impropio de la compañía californiana que siempre cuida con énfasis el diseño premium, pero reconocemos también que la cámara cumple con creces y quizá, de cierta manera, pueda llegar a justificar este detalle. Si el dispositivo no se utiliza con una funda, ya sea la Smart Case o parecido, el sobresaliente de la cámara provoca que no se apoye de manera equilibrada en una superficie plana, además de ser el primer sospechoso que sufra rallazos o golpes.

Pantalla

No solo se diferencian en tamaños, sino que el 6 Plus cuenta con mayor densidad de píxeles que el 6. La tecnología IPS Retina HD que montan ambos paneles representan colores y formas con la fidelidad y calidad habitual que empezamos a conocer desde el iPhone 4. Con respecto a la densidad de píxeles existen dispositivos en el mercado que superan este valor, pero aquí el conjunto de resolución, densidad y tecnología de panel hacen que la pantalla se vea muy satisfactoriamente. Al 6 Plus hay que otorgar un punto extra ya que mejora lo que trae su “hermano” pequeño: de 326 a 401 puntos por pulgada debido a su resolución de 1920×1080.

En ambos dispositivos notamos mayor ángulo de visión, probablemente debido al proceso de fabricación que ha reducido el espacio entre el panel frontal y la pantalla en sí. Enfrentando ambos dispositivos, el 6 Plus gana ligeramente por la mayor nitidez que alcanza (casi inapreciable).

Uno de los puntos que queríamos probar nada más desembalar los teléfonos es si la diferencia de pantalla supondría una merma de rendimiento en el 6 Plus. Las pruebas realizadas con programas de benchmark (Linkpack y Geekbench) arrojan valores similares de media en todos los aspectos, entendiendo que en tareas normales no se acusa la gestión de estos píxeles adicionales en los componentes del sistema.

Cámara

Hemos sacado a pasear las cámaras de un iPhone 5s además del 6 y 6 Plus, y hemos tomado algunas fotos por el centro de Madrid. En condiciones de buena luz se aprecia una mejora en la captura de luz e iluminación (en el ejemplo de abajo, la Puerta de Alcalá aparece más clara e iluminada).

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El detalle de otros objetos de cerca revela pocas diferencias a nivel de enfoque y claridad, pero sí se vuelve a demostrar la ligera mejora en captura de color y luz. Al igual que antes, la primera foto está tomada con un iPhone 5s, y la segunda y tercera con un iPhone 6 y 6 Plus respectivamente.

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La grabación de vídeos a 240fps dobla las capacidades de grabación de alta velocidad nativa del 5s y permite realizar grabaciones curiosas. Recomendable realizar estos vídeos con mucha luz ambiental (la alta velocidad hace que se capture menos luz por fotograma en nuestra experiencia, aunque parece que el procesador de señal del iPhone lo compensa).

La ingeniería detrás de la cámara ha procurado sobre todo mejorar la captura de la información de luz y el paso de ésta hacia el sensor. No solo eso, sino que el procesador de señales y núcleos del dispositivo permiten una toma de fotografías más rápida y enfoque más eficiente con respecto al 5s. Detalles mínimos que actualizan de manera incremental una cámara sólida y rodada.

Autonomía

Aunque en muchos aspectos se parezcan, el 6 Plus es el que gana en tiempo separado del enchufe. El mayor cuenta con 2.915 mAh, capaces de soportar actividades y uso normal del teléfono durante un día y medio aproximadamente en nuestras pruebas. El 6, con cerca de 1000 mAh menos, ha aguantado la jornada sin problemas con un uso intensivo. En nuestro caso, utilizando exclusivamente 3G y dejando las opciones de conectividad activadas (Wi-Fi y Bluetooth) y empleando el dispositivo de manera indiferente con manos libres, auriculares y de manera autónoma atendiendo llamadas, además de navegar e interactuar con aplicaciones y notificaciones.

Hardware y Conectividad

Tras muchos años de vaticinios y predicciones fallidas por analistas y expertos del sector, el iPhone trae una nueva opción de conectividad inalámbrica: NFC. El motivo de no incorporarlo hasta ahora es porque los equipos de ingeniería y desarrollo no han querido lanzar esta tecnología sin que estuviera ligado a un servicio y uso concreto (Apple Pay). El estilo de Apple es no lanzar teléfonos con componentes “sin más”, sino que dichos componentes se ensamblen cuando constituyan una plataforma sobre la que se monte uno o varios servicios adicionales. El servicio Apple Pay y, en consecuencia, el NFC aún no está activado en iOS y ni siquiera estará disponible en España cuando se active en EE.UU.

La conectividad técnica en ambas unidades es idéntica, y en la práctica se han obtenido siempre los mismos valores de bajada y subida en conectividad celular y Wi-Fi. La compatibilidad con LTE va por delante de lo que ofrecen las operadoras en nuestro país, así que la unidad no presenta problemas en este sentido.

Ambos equipos incorporan el nuevo procesador A8 con co-procesador M8. Evidentemente, el terminal funciona de manera más que fluida y ágil con el sistema iOS 8, y de manera anecdótica hemos notado como el co-procesador M8 parece registrar con mayor precisión nuestros pasos con respecto al iPhone 5s (reduciendo el desvío entre pasos reales y falsos positivos registrados en el sistema). Ambos constituyen una mejora incremental sobre el modelo anterior, al igual que el sensor Touch ID que mejora su resolución de escaneado.

Conclusión

El iPhone 6 y 6 Plus significan un cambio de rumbo: quizá sean los modelos que se desprenden de las últimas influencias de Steve Jobs. Significan además una opción a la hora de comprar: ahora hay dos dispositivos de última generación a elegir cuando antes acostumbraban a ofrecernos un único dispositivo estrella. El mercado claramente ha avanzado hacia dispositivos con pantallas más grandes y Apple ha estado cerca de perderse el tren. Con estos equipos, las cuatro pulgadas quedan en la historia y aquellos que les echaba atrás el reducido tamaño de pantalla del iPhone ya pueden estar tranquilos: llega otro jugador al mercado.

 

Fuente: adslzone