El sector de los dispositivos móviles parece avanzar en una clara dirección hacia el futuro: la modularidad. Smartphones, tablets e incluso relojes inteligentes con componentes hardware independientes unos de otros que permitirán crear terminales totalmente personalizables y actualizables a medida que se queden antiguos o se deterioren. Y Google quiere ser una de las cabezas visibles de este cambio con su Project Ara cuyas primeras unidades podrían llegar a primeros del próximo año. Pero, ¿cómo ha sido el proceso hasta llegar donde nos encontramos ahora?

project araEl todavía concepto del gigante de Mountain View va más allá de un móvil al que simplemente se le pueden cambiar ciertos componentes, éstos podrán ser totalmente compatibles entre teléfonos, podrían venderse, reemplazarse en cualquier momento, prestarse sin que eso influya en el comportamiento del terminal. Para ello, es fundamental el “esqueleto”, la pieza básica sobre la que se conectan las demás, una idea concebida por el holandés Dave Hakkens y Phonebloks.

Este esqueleto debe reservar un espacio para cada uno de los posibles componentes, de manera que aquella empresa que quiera fabricar baterías u otro elemento compatible con Ara, no tenga que preocuparse del resto de piezas. Esto es quizá lo más complicado de llevar a cabo, pero también, lo que más interesante hace este proyecto. Los terceros pasarían a ser parte fundamental.

La innovación no solo vendrá de los grupos de trabajo de fabricantes como Samsung o Apple, sino que podría llegar desde cualquier parte, lo que provocaría, según prevén, una aceleración en la evolución del hardware. Un teléfono ya no será un dispositivo cerrado, sino que podrá incluso variarse en función de las necesidades de cada día o momento.

Con todo, el usuario pasaría a ser el que tome el control. Cada cual podrá elegir qué es lo que quiere que tenga su smartphone y podrá incorporar las características que le sean de utilidad. Por ejemplo, un aficionado a la fotografía podría contar con una cámara del más alto nivel (dentro de las posibilidades que haya) y dejar de lado otros componentes que no utilizará.

Lo que nos lleva a la última idea sobre la que se ha solidificado este proyecto: no existirá la gama alta, media o baja. El precio a pagar dependerá totalmente de las piezas que incorpore y por tanto, desde los 50 euros que se espera valga la base, en adelante, podremos elegir lo que gastar en cada momento. Incluso ir reuniendo piezas poco a poco hasta tener el móvil que deseemos.

 

Fuente: Wired | adslzone