Seguro que muchos habréis oído hablar del grafeno, esta sustancia formada por carbono puro con átomos dispuestos en patrones hexagonales que ha supuesto un impacto en el mundo de la ingeniería como hace mucho tiempo no se veía. Andre Geim y Konstantín Novosiólov recibieron el premio Nobel en 2010 por este descubrimiento que ha originado la puesta en marcha de numerosos proyectos. Su flexibilidad unida a una dureza mayor que la del diamante lo convierten en un material perfecto desarrollar todo tipo de productos relacionados con los diferentes campos del sector tecnológico.
Entre estos campos, se encuentra el de la fotografía y el vídeo. Como decíamos, investigadores de diferentes departamentos de la Universidad de Michigan han unido esfuerzos para lograr un componente que podría revolucionar las cámaras en general y las de los dispositivos móviles, tabletas y smartphones, en particular ya que estos disponen de espacio reducido.
El componente al que hacemos referencia es un detector de luz capaz de captar el espectro infrarrojo al completo a temperatura ambiente. Con este detector, es posible incorporar tecnología de visión térmica a una lente de contacto. Lo más espectacular del asunto y por lo que ha conseguido adquirir cierta relevancia, es que al contrario de los sensores similares que existen actualmente, no necesita de equipos de refrigeración, lo que se traduce en una disminución importante del volumen que ocupa.
“Podemos hacer todo el diseño súper delgado, por lo que puede ser apilado en una lente de contacto e integrado en un teléfono móvil”
Zhaohui Zhong, uno de los encargados explicaba “Podemos hacer todo el diseño súper delgado, por lo que puede ser apilado en una lente de contacto e integrado en un teléfono móvil”. Como podréis imaginar, ver a través de las paredes sería posible entre otras muchas aplicaciones que van desde el campo de la medicina, militar, química e incluso podría ser de gran utilidad para los historiadores.
“Si lo integramos en una lente de contacto o de otros dispositivos electrónicos portátiles, amplía su visión, le proporciona otra forma de interactuar con su entorno“, apuntaba. Aunque para llegar a esta meta todavía quedan obstáculos importantes por salvar. “El desafío para la actual generación de detectores basados en el grafeno es que su sensibilidad es generalmente muy pobre, de cien a mil veces menor de lo que un dispositivo comercial requeriría.”
