En algunas películas futuristas como “Yo robot” ya lo hemos visto. Y es muy probable que algún día nos podamos echar una pequeña siesta en nuestro coche antes de llegar al trabajo. Pero, por el momento, no será en un futuro cercano.

Nos tendremos que esperar, pero no por la tecnología en sí. De hecho Google ya lleva haciendo pruebas en los Estados Unidos bastante tiempo, habiendo recorrido con sus coches sin conductor 300.000 millas (más de 482.000 kilómetros), sin un solo accidente. Esto quiere decir que las cámaras de video, los sensores por radar y los telémetros láser se coordinan perfectamente con el navegador y que toda esta tecnología es dirigida con absoluta fiabilidad por el ordenador.

Google, su creador, ha hablado para la agencia Bloomberg a través de su gerente Anthony Levandowski. En esta entrevista, Levandoski afirma que esta tecnología puede estar disponible en los próximos tres o cinco años para ser utilizada por los usuarios, ya que todavía quedan muchos detalles que matizar. “No puedo decir que vamos ser capaces de poner un coche de Google en un garaje el próximo año. Esperamos lanzar esta tecnología en los próximos cinco años. La forma en la que saldrá al mercado aún no se ha determinado”, asegura.

Falta amoldar las leyes

Google también ha dejado claro que de momento no se plantean fabricar el coche en sí, sólo la tecnología. Pero como dijimos antes, ésta no es el gran obstáculo para la comercialización del coche autónomo. La agencia Bloomberg asegura que la implantación de la conducción verdaderamente autónoma en un vehículo todavía tardará unos 15 o 20 años en llegar a las carreteras de EEUU. Y esto es debido a la falta de regulación en este terreno. La National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) asegura que tendrá que crear una serie de normas específicas para este tipo de vehículos y ver de qué manera realizar las pruebas para ello.

Dan Smith, uno de los administradores asociados sobre seguridad del vehículo de la NHTSA asegura que “ésta tecnología va a ser un desafío para averiguar cómo hará el Gobierrno para establecer unas normas estándar en los diferentes escenarios donde cualquier fallo puede ocurrir”.

La última pata de la mesa que faltaría para hacer realidad el coche que se conduce solo la tendrían que construir las aseguradoras, ya que habría que cambiar las pólizas. Seguramente tenga que ser un tribunal quien al final dictamine, por ejemplo, quien sería el responsable en caso de accidente, la empresa que fabrica el software, el propio software, o el responsable del coche en ese momento.

Como vemos, la tecnología existe, solo queda regularizarla. Y parece que va para largo.

 

Fuente: softzone