La “guerra de especificaciones”. Llevamos leyendo y escuchando sobre el término durante años y, en realidad, define a la perfección la persecución de los fabricantes por las cifras. Es decir, en ciertos componentes parece que se ha olvidado la calidad resultante, mientras que priman los valores relativos, por ejemplo, a los megapíxeles de la cámara. Pero ahora el turno le toca a los procesadores, que batallan por alcanzar una cifra de núcleos más alta, nada más y nada menos que 10 alcanzamos ya.
Durante años, los fabricantes mostraban sus móviles acompañados del texto “con cámara de X megapíxeles”. La tendencia parece haberse calmado, los megapíxeles se mantienen ahora “estables” en valores inferiores a los 20 megapíxeles y se están cuidando detalles más importantes, como el tamaño de los mismos y la calidad de las lentes. Ahora bien, la “guerra de especificaciones” ha tomado una nueva forma, y se ha trasladado a otro componente de hardware: el procesador.
En el año 2013, la compañía de Cupertino sorprendía a la industria con el primer procesador para dispositivos móviles con arquitectura de 64 bits. Dos años más tarde, los 64 bits se han generalizado y Samsung se ha sacado de la manga un procesador de 16 nanómetros, toda una bestia con una eficiencia energética sobresaliente. Ahora bien, en paralelo avanzan los núcleos de estos procesadores, que según los últimos modelos de MediaTek y las filtraciones de Qualcomm, alcanzarán los diez núcleos próximamente.
Destacado: Los procesadores de diez núcleos llegarán pronto a los móviles
¿Necesitamos procesadores de diez núcleos?
De una forma simplificada, cuando hablamos de “bits” -32 ó 64 bits- debemos comprender que es el “ancho” habilitado para el procesamiento de datos. Se pueden procesar más datos de forma simultánea en un procesador de 64 bits, luego la velocidad a priori debería ser superior. Tenemos, por otra parte, la velocidad de reloj, que determina la velocidad con que estos “paquetes” de bits se procesan. Por último, tenemos el proceso de fabricación, que es la densidad de los transistores y, por tanto, determina también la eficiencia energética y velocidad, mayores cuanto menor es el valor.
¿Qué hay de los núcleos? Siguiendo con esta explicación simplificada, cada “core” o núcleo es uno de estos motores, y por lo tanto mantiene su propia velocidad de reloj. La inclusión de más cores supone, en algunos casos, aumentar la velocidad ampliando los procesos simultáneos. Ahora bien, incluir diez núcleos está planteado para hacerlos trabajar en función de los requerimientos a nivel de potencia. De esta forma, se utilizan cores de baja potencia, cores de potencia media y cores de máximo rendimiento. En función de las necesidades, se usan unos u otros para mantener el consumo energético controlado.
Quizá también te pueda interesar…
Fuente: adslzone