El diario británico The Guardian informa sobre la sentencia contra Anne Muir, primera ciudadana de Escocia que es sancionada por descargar y compartir archivos. Hace dos semanas un tribunal británico le declaró culpable por infringir los derechos de autor y ahora conocemos la condena: tres años de libertad condicional y la obligación de asistir a terapia donde será tratada por "desorden obsesivo compulsivo".

Muir, que trabaja como enfermera en la localidad escocesa de Ayr, fue acusada de compartir 7.493 archivos de música y 24.243 más de música de karaoke, lo que se estimó por un valor de 54.792 libras (aproximadamente 63.000 euros). Según se reveló en el juicio, la industria musical, representada por la BPI y la IFPI, comenzó a investigar a la condenada en el año 2007. Después de tomar varias pruebas que corroboraban que la mujer había puesto pistas musicales en el hub del programa P2P Direct Connect se consiguió una acusación que ha acabado en sanción.

Según el fiscal del caso, la escocesa "trataba de burlarse ilegalmente de las leyes de derechos de autor y esto equivale a robo, ya que no sólo priva a las empresas legítimas y a los artistas de sus ingresos, sino que también socava la industria de la música en su conjunto. Vamos a continuar trabajando eficazmente con la policía en este ámbito para la aplicación sólida de la ley". No obstante, gracias a la intervención de su abogado, la sentencia no ha acabado en condena de prisión porque "la señora Muir no obtuvo ningún dinero por el delito. Lo hizo sin ánimo de lucro, y al tratarse de ser el primer caso que se registra, el encarcelamiento no tendría ningún beneficio".

Su defensa, que ya había trabajado en otros casos similares en el país británico,consiguió que de los 10 cargos que se le imputaban solamente se le haya condenado por el caso de compartir música. En su defensa se aludió al desorden que hacíaque Anne tuviera la necesidad de acumular dichos archivos compartidos.

De este modo, parece que el modelo antidescargas británico empieza a dar sus primeros pasos serios. Recordemos que es el mismo modelo que el lobby de la industria cultural en España, la Coalición de Creadores, ha pedido imitar en caso de que la Ley Sinde (que no persigue al usuario sino a las páginas de enlaces) fracase.

 

Fuente: adslzone