A menudo nos solemos hacer eco de manifestaciones poco afortunadas de algunos artistas que entienden la lucha contra la "piratería" como el ataque al usuario o a la libertad de expresión, mostrándose a favor de cerrar páginas web de perfecta legalidad. No faltan quienes recurren a insultos hacia el colectivo de internautas, como el cantante de Jarabe de Palo, quien calificó como "cuatro friquis" a quienes se oponen a la polémica Ley Sinde.

También tenemos otros ejemplos como el de Alejandro Sanz, erigido en el "nuevo Ramoncín" tanto por sus argumentos en contra de las descargas como por el número de críticas recibido por parte de los usuarios. En la diana de éstos está, entre otras cosas, por comparar los derechos de autor con los de los niños con SIDA en África o más recientemente por haber arremetido contra TVE por la emisión de un documental en el que se aborda la propiedad intelectual en el nuevo mundo surgido gracias a Internet.

Sin embargo, hoy no podemos obviar el ejemplo de un exitoso escritor: Paulo Coelho. El brasileño, conocido por obras como "El Alquimista", ha utilizado su blog para explicar su caso particular desmitificar aquello de "las descargas son un robo". Una vez más Coelho ha destacado que las descargas se pueden utilizar como vehículo para acercar el arte y la cultura a los ciudadanos y que gracias a Internet y las posibilidades de compartir contenidos se puede ampliar el abanico de personas interesadas en estas obras.

En su entrada titulada "¿Quién robó mi historia?" explica cómo está "vendiendo más libros que nunca" y responsabiliza a que su obra se puede encontrar de forma gratuita en la Red y ésta puede ser reproducida "en cualquier lugar siempre y cuando se nombre al autor". Pone el ejemplo de la comunidad no oficial abierta en Internet y bautizada como "El pirata Coelho", donde pueden ser descargados sus libros, y explica el caso de cómo gracias a la Red ha llegado al mercado ruso, donde ha vendido más de 12 millones de obras a pesar de que éstas se pueden conseguir de forma gratuita.

Igualmente critica a la industria cultural, quien asegura que "está pensando en la dirección opuesta a nuestra realidad actual", ya que se está basando en la "avaricia y la ignorancia" al "no entender que este mundo ha cambiado" y por creer que si un producto cultural "está disponible gratis, la gente no va a comprarlo". "El arte es la belleza. La música es sobre la belleza. Si visito una página y me gusta la música, estoy seguro de que voy a comprar el CD, porque quiero saber más sobre el trabajo del artista", sentencia Coelho.

Interesantes palabras que deberían hacer reflexionar a aquellos encallados en un modelo antiguo y difícilmente sostenible a día de hoy, en un mundo que se ha visto transformado gracias a Internet y las posibilidades de compartir arte y cultura.

 

Fuente: adslzone