Con todas las direcciones IP asignadas por el IANA a los organismos regionales, es cuestión de tiempo que éstos terminen por ceder los bloques que les quedan en stock a los operadores. Este será el último escalón antes de afrontar el llamado IPcalipsis, ya que se puede llegar el caso de que las direcciones disponibles de las "teleco" se agoten y no puedan atender la demanda de nuevos clientes.

Ante esta situación, está ocurriendo a rajatabla lo que indica la ley de la oferta y la demanda. La oferta de direcciones IP disponibles es cada vez más escasa y la demanda no deja de crecer, ya que cada vez hay más personas y dispositivos conectándose a la red. Por lo tanto, el precio sube.

Prueba de ello, es la operación que ha cerrado Microsoft esta semana, adjudicándose por subasta las 666.624 direcciones IPv4 públicas con las que contaba el extinto operador canadiense Nortel.

La multinacional ha pagado un total de 7,5 millones de dólares, superando a cuatro otras empresas que se presentaron a la puja, cuyos nombres no han trascendido aunque se sospecha que son grandes corporaciones tecnológicas.

La cifra supone que se ha pagado 11,25$ por dirección, curiosamente más que lo que viene a costar un nombre de dominio .com al año, que se sitúa normalmente por debajo de los 10 dólares.

Estamos, por tanto, ante otro argumento más que indica que la hora de cambiar a IPv6 está llegando a marchas forzadas. Aunque se sabe que será un proceso lento, de tardar demasiado podría hacer el mercadeo de direcciones IP algo común dentro de un tiempo.

La escasez de un bien tan necesario en la actualidad como las direcciones IPv4 no se solventará, y por ello es necesario dar el salto al nuevo protocolo, que utiliza direcciones de 128 bits en lugar de 32, dando cabida a un número conceptualmente infinito de dispositivos (320 sextillones).

 

Fuente: bandaancha