Los operadores tradicionales aseguraron en octubre de 2008 que la ruptura de la gestión del espectro de frecuencias sería una “decisión errada que acarrearía efectos muy negativos sobre el desarrollo de la telefonía móvil". Además, alertaron del peligro de una posible proliferación de organismos autonómicos de supervisión, con el consiguiente aumento del gasto y duplicidad de funciones con los organismos nacionales como la Comisión de Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).

El diario Expansión señaló que una de las contrapartidas del apoyo del PNV a los presupuestos generales del Estado sería la concesión de una licencia regional que iría a parar a Euskaltel. Lógicamente, otras comunidades como Galicia o Asturias solicitarían las mismas concesiones.

Ros aclaró que aunque no todas las licencias se otorgarían para ámbito regional, sí podrían otorgarse "algunas de ellas". En caso de que se llevaran a cabo estas concesiones por demarcación geográfica, los más beneficiados podrían ser los tres operadores de ámbito autonómico: el gallego R, el vasco Euskatel y el asturiano Telecable.

Cataluña también quiere su propia operadora regional

Jordi Bosch, secretario de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Generalitat de Cataluña, afirmó en diciembre lo siguiente: "Si los vascos y el Ministerio han llegado a un acuerdo para tener un operador móvil, ¿por qué nosotros no? Tenemos un mercado de 7,5 millones de usuarios potenciasles, muchos más que Euskadi".

Cuarta generación (4G)

La banda de frecuencias de 2.500 a 2.690 megahercios está reservada para la cuarta generación y según los operadores tradicionales, la concesión de estas licencias podrían provocar un retraso en el desarrollo de la telefonía, igual que ha sucedido en EEUU donde tienen un modelo similar fragmentado.

 

Fuente desde: adslzone