Es innegable que el uso que hacemos de Internet ha cambiado sustancialmente a lo largo de la última década. Las aplicaciones ligeras como el correo electrónico o la navegación web han quedado relegadas a un segundo o tercer plano si lo comparamos con la ocupación de ancho de banda que hacen otros servicios como el P2P, la descarga directa y sobre todo el streaming de audio y vídeo. Estos servicios, ofrecidos cada vez con mayor calidad y accedidos desde diversidad de dispositivos fijos y móviles, va a seguir demandando más capacidad a las redes.

Este incremento del consumo exige a las operadoras nuevas inversiones para aumentar la capacidad de las redes. Según las previsiones del informe, hasta el 2014, el tráfico fijo aumentará un 35% al año y el móvil un 74% anual con respecto al que existía en el 2009. Ampliar las redes para adaptarlas a la demanda costará 36.000 millones de euros entre 2010 y 2014.

El problema es que mientras el tráfico sigue aumentando, los ingresos de las operadoras (procedentes en su mayoría de tarifas planas independientes del tráfico) son los mismos. De modo que estas no están dispuestas a realizar inversiones adicionales que no se traduzcan en más ingresos.

Ignacio del Castillo analiza en su blog de Expansión las conclusiones del estudio elaborado por la consultora ATKearney:

La diferencia entre las inversiones que serían necesarias para atender ese incremento del tráfico y las que realmente se realizarán si se mantiene el ritmo inversor actual, provocará una degradación de la calidad del servicio que causará grandes problemas y afectará no sólo a los clientes y a los operadores de redes sino, también, a los Online Service Providers (OSP) como Google.

Cuatro propuestas de las operadoras para mantener las inversiones

El estudio, encargado por cuatro gigantes de las telecomunicaciones europeas, como Deutsche Telekom, France Télécom-Orange, Telecom Italia y Telefónica, propone cuatro polémicas soluciones que permitirían a las operadoras mantener inversiones.

  • Aumentar el precio de la banda ancha fija un 20% y el de la móvil un 40%
  • Facturación por tráfico en sustitución de las tarifas planas
  • Servicios premium con mayor prioridad que el resto del tráfico
  • Acuerdos económicos con proveedores de contenidos (Google y compañía)

Quizá lo que olvida el informe es que las telecomunicaciones han dejado de ser un lujo para convertirse en un servicio básico que empieza a ser una commodity. Como ha ocurrido en otros sectores a medida que han ido madurando, los margenes se reducen y las empresas tienen que aceptar que el negocio ya no es tan lucrativo como lo ha sido durante la última década, aunque sigue siendo perfectamente viable.

 

Fuente: bandaancha