Porque cada uno de esos productos tiene un margen de beneficio que permite asumir este coste. Las cifras de 2008 aparecidas en el decreto ministerial suman para todos los derechohabientes de la copia privada 118 millones de euros. Es poquísimo si se compara con el volumen de negocio que estos sectores suman. Hablamos de más de cien mil millones de euros. Es una cantidad residual. ¿Realmente había que montar el número que se ha montado? ¿Con un debate televisivo donde el candidato de la oposición le pregunta al presidente sobre el canon de la copia privada, y no sobre la corrupción inmobiliaria, sobre la ley de financiación de los partidos o sobre la violencia de género?. Pues no, tienen que ponerse a hablar sobre el canon, que ahora se ha demostrado que ni daña, ni distorsiona el mercado. ¿Cuantos ríos de tinta se han dedicado a despotricar contra la SGAE, a mentir descaradamente? Todo este discurso de la cultura libre, si es tan progresista como parece, la izquierda tendría que reivindicar la vivienda libre, la comida gratuita, la educación, la asistencia sanitaria, la ropa... cuando todo eso sea gratis, a lo mejor los artistas tampoco quieren cobrar por su trabajo, pero eso se llama co-mu-nis-mo. Mientras la leyes fundamentales no cambien, eso seguirá así.

En declaraciones a ABC, el portavoz de Cultura de PP en el Congreso, José María Lassalle, calificó de «lamentable» la parcialidad política con la que Eduardo Bautista habla en nombre de la SGAE. «Sus palabras criticando abiertamente a Mariano Rajoy y al PP por defender legítimamente su oposición al canon digital suponen un desprecio antidemocrático hacia la voluntad expresada en las urnas por más de diez millones de españoles». A lo que añadió que, criticando al PP por su posición sobre el canon digital, «no ayuda a mejorar la imagen de la SGAE. Demuestra que no sabe vender la realidad de esta entidad de gestión. Cuando quiere ser crítico, lo es selectivamente: da una bofetada a la oposición y pasa la mano por encima de la espalda del gobierno».

Según el portavoz de Cultura del PP, «es injusto a nuestro entender y es absolutamente legítimo que lo digamos y lo defendamos públicamente». Lassalle incluso aconsejó a la entidad que, «si quiere restablecer el prestigio de la SGAE, que trabaje por restablecer su imagen ofreciendo más transparencia y menos noticias que causan alarma social en la opinión pública. Seguro que los ciudadanos se lo agradecerán. En este sentido, todavía no he oído ninguna crítica del señor Bautista hacia el gobierno socialista ni hacia el ministro Molina por ver cómo España ha sido incluida, por primera vez en la Historia, en la lista de los seis países de observación prioritaria por las actividades vulneradoras de la propiedad intelectual, y que fue dada a conocer recientemente por el Caucus Antipiratería Internacional del Congreso de los Estados Unidos, por cierto, a impulsos del actual vicepresidente, Joe Biden».