España sigue apareciendo en todos los estudios de la industria audiovisual como uno de los países más piratas del mundo y es algo que no dejan de repetir desde diferentes Gobiernos como medida de presión para que el ejecutivo apruebe la Ley Sinde.

Tal como señala el diario Público, se dibuja una imagen de una España pirata en contraposición con una Francia que hace sus deberes con leyes como la ley Hadopi que desconecta a los usuarios tras una serie de avisos. Sin embargo, está comprobado que este tipo de normas punitivas contra los internautas no consiguen sus efectos. En Francia, el envío de avisos a 100.000 usuarios de las redes P2P provocó una migración de los internautas a las webs de descargas como Rapidshare o Megaupload.

La Coalición de autores también pone como modelo la forma de combatir las descargas de Reino Unido. Sin embargo, mirando las cifras, allí no están mucho mejor. Un estudio de la Industria Discográfica Británica (BPI) reveló en diciembre pasado que el 76% de las canciones descargadas se hizo a través de redes P2P o páginas de enlaces. De hecho, desde que se aprobó la ley antidescargas la venta de discos bajó considerablemente en Inglaterra.

La oferta legal

¿Qué sucedería si una canción de iTunes costara 50 céntimos? o si el servicio de pago de Spotify costara 3 euros al mes en vez de los 10 actuales. Seguramente se multiplicaría el uso de oferta de pago y es que los usuarios están dispuestos a rascarse el bolsillo siempre y cuando los precios sean asequibles.

Según una encuesta de Spotify entre más de 3.000 usuarios, el 52,9% no recurre a descargas ilegales, mientras que otro 32,4% afirma descargar, pero menos que antes. En total, un 85,3% de los usuarios del popular servicio de música no descarga o lo hace en menor medida que antes de que la plataforma estuviera disponible. "Cuando la gente encuentra algo fácil de utilizar y abundante en contenido, deja de descargar irregularmente", explica Lutz Emmerich, director de Spotify en España.

Es evidente que para combatir la mal llamada piratería es necesaria una oferta de pago razonable. Lo que no es de recibo es que las discográficas y productoras trasladen al contenido digital el mismo precio que en las tiendas. Tampoco tiene sentido que no haya servicios premium de películas e incluso series, por ello el usuario se ve obligado a compartir sus contenidos en las redes P2P.

 

Fuente: adslzone