Stuxnet habría sido desarrollado en colaboración con especialistas estadounidenses en el complejo de Dimona, en el desierto de Negev, donde se habría construido una planta idéntica a la del complejo iraní de enriquecimiento de uranio para probar el comportamiento de Stuxnet.

Este gusano sería el arma cibernética más sofisticada jamás desarrollada, y clave en los problemas de Irán en su programa nuclear, logrando entrar en el sistema de control de las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio provocando su giro “fuera de control y que una quinta parte de ellas directamente se deshabilitaran“.

Obviamente nadie ha contestado ni mucho menos confirmado oficialmente esta información aunque múltiples fuentes ya han alertado que el planeta hace tiempo se encuentra inmerso en una nueva guerra fría en la que los países más potentes compiten por ciberarmarse, espían a otras naciones y prueban redes informáticas con la intención de utilizar Internet como campo de batalla. Noticias como esta confirmarían que en el siglo XXI es más eficaz derrotar al enemigo atacando su infraestructura informática que empleando cualquier otro tipo de ataque físico.

 

Fuente: muyseguridad