En su artículo, titulado "El botón mágico", Bardem arremete contra aquellos que descargan material protegido con derechos de autor acusándoles de "robar" y estableciendo una serie de comparaciones entre situaciones imposibles y lo que supone hacer "click" para poder visionar o descargar una película. Esto, según el artista y siguiendo el discurso de la industria cultural, supone "que miles de personas que han trabajado mucho y muy duro para darles calidad en lo suyo se vayan finalmente a la calle mientras unos ladrones se hacen millonarios a su costa".

El actor tampoco da datos concretos sobre el supuesto desempleo en el sector ni evidencia alguna en la relación de este mal con los despidos que se producen a pesar de que la industria sigue su tendencia positiva y recaudando beneficios millonarios.

Bardem recurre al sarcasmo y a la comparación entre descargas y una serie de situaciones que siguen la línea de lo expuesto por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, cuando aseguró que "nadie monta un bar para vender vino que roba en unos almacenes". Extrapolar lo que sucede en "el mundo real" con lo que se vive en la Red es cuanto menos simplista, y así lo denota el texto del actor, con una ingente ristra de comparaciones que vienen a asegurar que pulsar el botón "Play" al reproducir una película equivale al robo.

Si Alejandro Sanz se atrevía a hablar del "nuevo fascismo" que suponen las descargas, Bardem alude al "liberalismo económico y al anarquismo electrónico" para argumentar su exposición. El actor recurre a "las miles de personas que viven de la artesanía del cine y de la música" para intentar que su discurso cale, aunque los argumentos coherentes y las alternativas propuestas brillan por su ausencia. La autocrítica, eso sí, parece totalmente descartada, que la culpa de todos los males la tienen aquellos que pulsan "el botón mágico".

Como bien dice Bardem, "esto es lo que hay". Querer pasar por encima de los derechos de los ciudadanos en nombre de proteger los intereses de una industria que si despide no es porque esté precisamente en quiebra sino porque no gana lo que quiere ganar es injustificable. Internet ha supuesto un cambio que muchas industrias están aprovechando. Mientras el cine siga anclado en la retórica del "robo" y la pataleta sólo estará perdiendo el tiempo para subirse a un caballo el cual sigue su camino, por el momento, libre.

 

Fuente: adslzone