En tiempos de crisis económica, arrimar el hombro se convierte casi en una necesidad. Mientras algunos optan por conectarse a la red inalámbrica sin contraseña de algún vecino despistado, cada vez se extiende más entre las comunidades de vecinos un caso que recoge BlogCMT.com, el blog ligado a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).

Se trata de la consulta realizada por parte de una comunidad de propietarios al Consejo de la CMT para compartir entre sus miembros los gastos de acceso a Internet y en ella se preguntaba sobre si sería necesario inscribirse en el Registro de Operadores de la CMT. Su idea sería contratar una conexión con una compañía y distribuir entre los vecinos la señal mediante una red eléctica (PLC) y WiFi, protegiendo la señal con una contraseña privada.

La CMT dictaminó que no es necesario inscripción alguna en el Registro de Operadores dado que el WiFi no está abierto al público sino que únicamente es para los miembros de la comunidad; éstos no tienen ánimo de lucro y entre todos compartirán los costes de la red; y porque no es la comunidad la que presta el servicio de acceso a Internet ni ofrece servicio de atención al cliente.

Básicamente la consulta es similar a la que realizan hoteles, cafeterías y otros establecimientos pero que generalmente tampoco son considerados responsables directos del proporcionar el servicio WiFi, sino que son éstos quienes lo reciben por parte de un operador y luego lo ofrecen a sus clientes aunque sea cobrándoles.

La alternativa está pues sobre la mesa y quién sabe si tras conocerse esta propuesta son cada vez más las comunidades que optan por compartir entre sus miembros conexiones a Internet.

 

Fuente: adslzone