El ex monopolio australiano será el encargado de hacer realidad un proyecto que permitirá conexiones ultrarrápidas en casi todo el país, siendo la modalidad inalámbrica la única opción que le quedará al 10% restante, situado en las zonas rurales o más aisladas de este enorme país.

El Gobierno presidido por Kevin Rudd había previsto un gasto de 43.000 millones de dólares australianos (algo más de 30.000 millones de euros) para el despliegue de la red, pero tras el trato con Telstra estas cifras se verán reducidas. El operador recibirá 9.000 millones de dólares australianos (3.200 millones de euros) a cambio del uso de su infraestructura por NBN, empresa pública encargada de crear la red.

Aunque todavía el acuerdo entre el Gobierno y la compañía no ha sido ratificado por los accionistas de la empresa y la Comisión Australiana para la Competencia y el Consumidor, las conexiones ultrarrápidas serán una realidad en Australia en menos de siete años.

De este modo, el país aussie supera la intención de su vecino Nueva Zelanda, que se ha propuesto cablear el 75% de sus hogares con fibra para 2020. En Europa, Reino Unido e Italia ya han anunciado planes similares, mientras que España sigue a la cola del continente en penetración de este tipo de conexiones.


Fuente: adslzone