Si hace un mes el Gobierno aussie pretendía intervenir los equipajes de los viajeros que se desplazasen hacia su territorio en busca de pornografía, ahora pretende aplicar una medida que acabaría con la privacidad de sus propios ciudadanos a la hora de navegar por Internet. Los proveedores de las conexiones tendrían que registrar todos los movimientos de sus usuarios completando unos registros donde aparezcan todas las páginas que visiten a través de sus navegadores.

La Administración australiana ha puesto como ejemplo la directiva sobre retención de datos que aprobó la Unión Europea en marzo de 2006, en la que se establece que un miembro comunitario puede hacer que sus proveedores retengan datos sobre sus usuarios por un periodo de entre 6 y 24 meses siempre que sea justificado.

Sin embargo, el Gobierno australiano parece que quiere ir un poco más lejos y alargar el periodo máximo de dos años a posiblemente cinco o incluso diez "con el objetivo de reforzar la ley y la seguridad en el país".

"Es algo espantoso y muy caro", ha declarado una fuente de uno de los proveedores de Internet a ZDNet Australia. Y es que cada dirección URL así como los emails de los usuarios dejarían de ser algo privado. "De nuevo se vuelven a utilizar términos como "terrorismo" o "pedofilia" para justificar sus intenciones", afirmó esta misma fuente.

Otras voces críticas han señalado que es "ir demasiado lejos" porque no se puede "tratar a todo el mundo como si fuesen criminales o sospechosos de cometer algún crimen". Y es que las intenciones del Gobierno aussie distan mucho del respeto a la privacidad y a la presunción de inocencia.


Fuente: adslzone