La portavoz del Partido Australiano del Sexo, Fiona Patten, ha sido la encargada de denunciar esta situación, preguntándose hasta qué punto no es un atentando contra la privacidad. "¿Es justo que hurguen en tu equipaje para requisar una revista para adultos o que husmeen en tu portátil delante de tus familiares y amigos?", cuestionó Patten.

Las autoridades australianas han justificado las intervenciones. "La intención es reforzar la intercepción de pornografía prohibida en la frontera, haciendo que los pasajeros estén al corriente de que podrían estar importando pornografía ilegal", declaró un portavoz aduanero, quien, por otro lado, afirmó que los oficiales han sido entrenados para actuar con "tacto y discreción".

Esta nueva medida vuelve a abrir el debate de la privacidad. Hasta qué punto pueden ser los ciudadanos y sus dispositivos objetivo de las autoridades con el fin de hallar material informático ilegal o en este caso pornografía ilegal. No se pone en duda hay que perseguir hechos delictivos como la pornografía infantil pero de nuevo parece que la presunción de inocencia podría quedar en papel mojado.

En plena negociación del ACTA (Acuerdo Comercial Antifalsificación cuyo primer borrador vio la luz en abril de 2010), la industria cultural estadounidense solicitó al Gobierno de Obama que introdujese en el tratado la posibilidad de requisar en la frontera bienes electrónicos que contuviesen material protegido o fuesen productos falsificados. La Unión Europea descartó incluir este punto en el tratado, pero parece que Australia sí contempla esta opción.


Fuente: adslzone