Nuevos tiempos

El sector ya no puede seguir viviendo de la venta de copias físicas, ya que Internet ha puesto coste cero a la copia, lo que hace copiar algo tan sencillo como imposible de controlar. Según la consultora Nielsen, el 78 por ciento de los usuarios españoles consumen contenidos audiovisuales, a pesar de que apenas existe oferta comercial para este tipo. El vídeo a través de streaming está imponiéndose cada vez de forma mayor y la industria cultural no sabe responder a la demanda de la comunidad internauta. Tan sólo, iniciativas como Spotify, que permite oír música de forma gratuita a cambio de escuchar publicidad, o Libranda, una nueva plataforma digital de distribución de literatura que reunirá a los grandes grupos editoriales en español, inciden tímidamente en el mercado online. En este sentido se aprecian cambios, y algunos operadores como Telefónica trabajan ya en un sistema que permita ver películas a través de Internet pagando un extra.

Leyes contra la esencia de Internet, los enlaces

Por otro lado, la legislación cojea igualmente de falta de adaptación a los nuevos tiempos. En Europa se han aprobado leyes antidescargas como la británica o la francesa que persiguen al usuario y a determinados sitios web y que contrastan con los derechos del internauta. En España se espera la aprobación de la homóloga Ley Sinde, muy discutida por los usuarios. Igualmente, otro punto a destacar son las velocidades de conexión en nuestro país, a la cola de Europa y gran asignatura pendiente a mejorar por los proveedores. De momento, para mejorar sería deseable que todos informaran del precio final de sus ofertas incluyendo la cuota de línea.

Esperemos que al año que viene la banda ancha universal sea una realidad en España y la regulación de las descargas no coharte la libertad de expresión de los derechos fundamentales de todos los internautas.


Fuente: adslzone