Al ser el principal objetivo de la agencia la neutralidad de la Red y que los operadores no discriminen ciertas aplicaciones, sitios o servicios, el servicio de banda ancha no tendrá que someterse a todas las normas aplicadas a la telefonía. Éstas, por ejemplo, son las relativas a tarifas o contenidos, que no serán reguladas por este plan.

En este sentido, la Comisión ha intentado tranquilizar a las empresas de telecomunicaciones diciendo que no van a aplicar los controles de precio y de competencia más estrictos. Esto preocupa a los consumidores y tampoco convence a las empresas, que afirman que incluso una regulación mínima afectará a su negocio, pondrá puestos de trabajo en peligro y retrasará el desarrollo tecnológico. Proveedores de Internet, la oposición republicana y los defensores del libre mercado han sido quienes más firmemente han mostrado su oposición a la regulación.

Pocos están a favor de esta medida. Es el caso del analista de políticas de la Unión de Consumidores, Joel kelsey, que afirmó que la FCC "parece haber encontrado una manera de asegurarse de que tiene la autoridad para proteger a los consumidores de eventuales acciones contrarias a la competencia llevadas a cabo por los proveedores de banda ancha".

El presidente de la Comisión, Julius Genachowski, amagó hace unos días con desregularizar toda la banda ancha en el país tras el último golpe sufrido por la Justicia norteamericana en el caso Comcast, que sentenció su nula autoridad para ordenar a los proveedores que ofrezcan una conexión que no privilegie a un tipo de tráfico sobre otros. Pero Genachowski parece haber cambiado de idea, aunque sí ha solicitado al Gobierno que aclare cuáles son las competencias de su Comisión.


Fuente: adslzone