01-05-2010 - Cotizalia.- “España no se va a recuperar con más ladrillo”, lamentaba Jesús Banegas, presidente de la patronal Aetic.

“Estamos a favor de los recortes en la Administración, y hasta de que sean de mayor envergadura y no sólo cosméticos. Pero se podía haber empezado por otros departamentos, incluso ministerios, y no por esa dirección general, que es el símbolo de la nueva economía que se quiere fomentar. Es un gesto que marca una dirección política”, zanjaba Banegas. Fuentes del sector recordaban que llueve sobre mojado, ya que los últimos Presupuestos Generales del Estado “dividían por tres las asignaciones al Plan Avanza”, mientras que, por ejemplo, “se mantenían ayudas como las destinadas a la cooperación internacional, sobre las que no se tiene apenas control”.

Estas fuentes señalan el valor simbólico de esta decisión, más allá de que las competencias hasta ahora en la dirección general puedan ser asumidas por la secretaría de Estado. “Es verdad que la dirección general se había ido vaciando de contenido, ya que muchos programas habían pasado a ser ejecutados por Red.es, pero no puede olvidarse que la planificación y el diseño de la política relacionada con la sociedad de la información era competencia suya. Su mantenimiento era el mejor exponente del cambio del modelo productivo y social hacia una economía del conocimiento”, subrayan fuentes conocedoras del día a día en el Ministerio de Industria.

Claro que puede que haya otras razones que expliquen la medida. Y es que las relaciones entre el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, y el director general de la Sociedad de la Información, David Cierco, “nunca fueron cómodas”, según señalan estas fuentes. Ambos ocupaban sus puestos desde la primera legislatura socialista. Ros accedió al cargo tras una larga experiencia en el sector privado, en empresas como Telefónica. El hasta ahora director general, un hombre vinculado al aparato de Ferraz -ver su blog-, es ante todo un político, que además había visto cómo las partidas presupuestarias asignadas a su dirección general habían menguado en las últimas cuentas públicas, en las que los fondos se centraron en favorecer el tránsito a la Televisión Digital Terrestre (TDT).

Mucho ruido y pocas nueces

El plan de ajuste aprobado por el Consejo de Ministros, que supondrá la supresión de 32 altos cargos de la Administración -un 10% de los existentes- y 29 empresas públicas, tan sólo permitirá un ahorro de 16 millones de euros. Como ya apuntaba El Confidencial, la capacidad de maniobra para reducir personal y ahorrar costes por parte del Ejecutivo es limitada, ya que muchos de los cargos amortizados están cubiertos por funcionarios de carrera que, simplemente, recibirán otro destino. La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, justificó la operación como un modo de incrementar la eficiencia de la Administración General del Estado.

Entre las direcciones generales damnificadas, se suprime la de Política Económica, dependiente de Presidencia del Gobierno, uno de los recortes más significativos. El ajuste de cargos no tiene en cuenta a los miembros del Ministerio de Asuntos Exteriores ni a los secretarios de Estado, cuyo recorte se hará cuando acabe la presidencia española de la Unión Europea, a principios de julio. Salva por el momento la cabeza Diego López Garrido, secretario de Estado para la UE, que estaba en muchas quinielas para salir del cargo.


Fuente: internautas