Al  contrario de lo que podríamos pensar, la banda ancha no bajará de precio, de hecho en Estados Unidos y España la tendencia de los operadores pasa por cobrar más al abonado y ofrecerle servicios de valor añadido y velocidad.

En telefonía móvil los precios se han estrangulado fruto de la competencia de los operadores móviles virtuales (OMV) y sobre todo de la regulación comunitaria que ha impuesto fuertes rebajas a las compañías. Pero si miramos a la banda ancha, vemos que es el único sector de las telecomunicaciones que mantiene los mismos precios que en 2006 y de hecho incrementará sus tarifas. El objetivo no responde a la simpleza de ganar más dinero y quedar mejor delante de la junta de accionistas y el consejo de dirección, sino permitir que los operadores acometan inversiones millonarias que posibiliten servicios basados en redes de nueva generación. Es una realidad que el usuario final siempre quiere más velocidad y mejores servicios, pero eso sólo se logra con fortísimas inversiones en red, un sambenito económico que las operadoras de banda ancha nunca se puede quitar de encima.

Subidas a nivel global

En Estados Unidos, más de 16 millones de clientes de banda ancha de ATT se verán afectados por una subida de entre 3 y 10 dólares al mes por su conexión. Los mayores incrementos estarán en los planes de menor velocidad para intentar que los abonados contraten las modalidades ultrarrápidas. Por su parte, la operadora de cable Warner también ha anunciado que puede subir sus tarifas para acometer nuevas inversiones. En España la tendencia es similar y es que las ofertas de mayor capacidad tienen precios más elevados. Por ejemplo, Telefónica comenzó cobrando 39,90 euros al mes por su conexión ADSL de 3 megabits y cuando duplicó la velocidad hasta 6 megas obligó a pagar un euro adicional al mes. Ahora ha repetido la misma estrategia comercial y por otro euro adicional permitirá disponer de una conexión de 10 megas.

Los 100 megas tardarán en llegar

Con el precio de las ofertas a partir de 20 megas, es de esperar que las modalidades ultrarrápidas de 100 megabits tarden todavía en llegar. El director general de Sociedad de la Información de la Comisión Europea, Fabio Colasanti indicó esta semana que "muy pocos internautas están dispuestos a incrementar su factura telefónica para recibir 100 megas", y, por tanto, las operadoras no están interesadas en invertir para ofrecer más velocidad. Esto significa que la banda ancha mejorará sus prestaciones pero también incrementará su precio. Las inversiones guste o no marcan el ritmo de este negocio más que en otros y no acometerlas supone perder “velocidad empresarial” en un mercado dependiente de la constante mejora de sus servicios.


Fuente: adslzone