El responsable de soluciones de transmisión de Alcatel-Lucent, Andres Playán explicó a EFE que la experiencia del usuario final va a ser mucho mejor con la nueva tecnología ya que los operadores podrán ofrecer servicios que ocupen mayor ancho de banda como el alquiler de vídeo por la red, de sanidad o educación.

Esta mayor capacidad, insistió, no se traducirá en mayor velocidad en la navegación del abonado que depende del bucle, pendiente de ser sustituido por fibra óptica u otra transformación tecnológica, sino en más servicios.

Playán explicó a EFE la importancia de las pruebas que recientemente realizó Telefónica sobre su red troncal que demostró la madurez de esta tecnología incluso para distancias superiores a los mil kilómetros.

Las redes troncales son de fibra óptica y constituyen la columna vertebral de la red, se extienden por toda la geografía en un tejido de más de dos millones de kilómetros, uniendo las centrales telefónicas y se utilizan para las telecomunicaciones fijas, pero también móviles. De estas centrales salen después los llamados bucles de abonado hasta los usuarios.

Las redes troncales cuentan en la actualidad con una tecnología que permite una velocidad de 10 gigabits por canal y hay 80 canales.

Se trata de una tecnología que se adelantó a su tiempo ya que se instaló en los años previos a la burbuja, dijo Playán, y en estos años las operadoras han ido ocupando canales con tecnología de velocidad de 10 gigabits, de acuerdo con sus necesidades y actualmente están ocupados alrededor de 40 canales.

En estos momentos en los que el tráfico de Internet crece entre un 30 y un 50 por ciento anual, impulsado por las redes sociales, es necesaria una nueva transformación, explicó el técnico de Alcatel-Lucent.

Precisamente este momento ha coincidido con la madurez de la nueva tecnología que se puede aplicar sobre los canales de telecomunicaciones que todavía no están ocupados, lo que hace que la inversión sea muy atractiva para el operador ya que consigue mayor capacidad por un coste asumible e inferior a la tecnología de 10 gigas.

Se trata de una tecnología de “detección coherente” que hace que la señal, a la nueva velocidad, pueda ser transportada por las antiguas redes y se ha conseguido estándares que abaratan los costes.

En las pruebas realizadas por Telefónica han intervenido Alcatel-Lucent, en la ruta Madrid-Cáceres-Sévilla-Mérida, sobre una distancia de 1.088 kilómetros; Ericsson en la ruta Zaragoza-Pamplona-San Sebastián-Bilbao, sobre una distancia de 850 kilómetros, y con Huawei sobre la ruta Valladolid-Palencia-Burgos-Soria-Zaragoza, sobre una distancia de 1.022 kilómetros.

La modernización de estas redes repercute directamente en todo el sector ya que el alquiler de capacidad es uno de los negocios de las operadoras.

En el otro extremo de la red, los edificios, pueden comenzar este año su preparación para las redes de nueva generación ya que la secretaría de Estado de Telecomunicaciones ha incluido una partida de 400 millones de euros para infraestructuras de los que una parte se destinará a modernizar el cableado de los edificios, y el fondo local de 5.000 millones aprobado por el Gobierno, podrá ir también a este fin.

Además está muy avanzado el diseño de una futura normativa con las características técnicas que deberán tener las redes de los nuevos edificios.

En cuanto al bucle de abonado que une las centrales con los hogares de cada cliente, Telefónica ya anunció hace un mes la disponibilidad de la velocidad de 25 megas a más de dos millones de hogares de todas las provincias con la tecnología VDSL, todavía basada en la red de cobre.


Fuente desde: adslnet