Probablemente no es muy habitual que en nuestra web se hable de cine, sino más bien de ADSL, pero hemos creido conveniente hacer esta reseña a la rentabilidad, porque según TorrentFreak, Avatar, es hoy por hoy la película más pirateada de la historia de las descargas en internet, lo cual lejos de fomentar la ausencia en las salas de cine, está provocando una asistencia masiva, hasta el punto de que hay telespectadores que la están viendo dos veces, una en 3D y otra en versión digital sin 3D.

Pero lo más impactante es ver cómo en los foros de descargas, los propios internautas, invitan a otros internautas a que no se la pierdan en cine porque merece la pena.

Esto nos lleva a uno de las evidencias de más peso que siempre hemos defendido contra la gratuidad  de los argumentos que dicen que la gente no va al cine porque las películas se hacen accesibles desde internet y se pueden descargar sin pagar.

De nuevo la realidad pone de manifiesto algo evidente, y es que cuando la gente considera que merece la pena ‘paga’ lo que sea necesario por disfrutar.

El que suscribe pagó 10,95 euros por ver hace poco Avatar en 3D en las salas Kinépolis de Madrid. Se dice pronto, pagar casi 11 euros por ver una película. Sin embargo muchos de los que no pisabamos una sala de cine desde hacía mucho tiempo nos hemos movilizado para ir a ver un contenido de ‘calidad’.

El contenido de calidad, no es como la Ministra Sinde, nos quiere hacer ver, ese contenido que te lo dan envuelto en un bonito CD con su caja y su folleto, en comparación con el MP3 que te bajas de internet, el contenido de calidad, es aquel por el que el usuario está dispuesto a pagar, por considerar que dicho contenido merece la pena.

Lo cual, nos debe llevar a la reflexión, de si los contenidos que se hacen en este país son lo suficientemente interesantes para el que los tiene que pagar, y qué duda cabe que la respuesta es que no.

Para una película que sale medio interesante, y que tampoco llena las salas de cine, se hacen en este país o mejor dicho se subvencionan en este país cien películas más que son auténtica basura, y que no le interesan a nadie, ni siquiera al público de las descargas.

Significa que hay que gastarse 500 millones de dólares, y hacer la película más cara de la historia, para llenar las salas de cine nuevamente. La respuesta es sí. Lo que parece claro es que sólo en esas magnitudes se consigue hoy por hoy un producto que impacte y movilice el bolsillo del espectador, y no lo que ya estamos acostumbrados a ver, que no sorprende, y por regla general aburre.


Fuente desde: adslnet