Sin embargo la comunidad internauta, tiene una importante diferencia, con respecto a la generalidad de la población, y es que es una comunidad cultivada, es una comunidad formada, opina, lee, y tiene conciencia.

Y cuando esto ocurre, entonces hay un gran componente de agente activo, que incomoda, molesta, y puede hacer rectificar al más pintado.

Lo más triste que acontece estos días es que en ningún momento se pretende construir una ley que “proteja los derechos de autor”, porque ¿quién está violando los derechos de autor?

¿Hay algún internauta, reclamando la autoría de “Mi Carro” de Manolo Escobar?.

Los políticos no se enteran de que el problema de los autores, no es la cultura, no es un problema de reconocimiento, sólo es un problema de dinero. Gran cantidad de personas somos autores, yo mismo escribiendo este artículo, soy autor, sin embargo, me expongo a que este pequeño pensamiento, se copie y se replique por la red, y cualquier otro usuario lo lea, y no necesariamente en esta web. Pero tengo otra opción, “no escribirlo”.

Sin embargo nadie negará quién lo escribió, porque en internet, el contenido se distribuye, si queremos podemos decir que se copia, pero la realidad es que por regla general, ningún usuario la firma como suya.

Entonces si el problema no son los derechos de autor, cuál es. En realidad lo que ocurre es que detrás de la “demagogia de autor”, lo que se intenta defender son los derechos de explotación.

Y aquí estamos ante un problema completamente diferente. Los gobiernos piensan que para proteger “los beneficios de un sector, como el audiovisual” hay que garantizar su modelo de negocio. Modelo de negocio que desde hace varios años, viaja y camina con bombona de oxígeno.

La solución que necesita la industria, quizás la encuentren, en los gasolineros que hace varios años nos ponían gasolina, y hoy nos la ponemos cada uno de nosotros, o en el campesino que segaba el trigo con guadaña, y hoy ve pasar a una cosechadora que lo hace en cuestión de minutos, o en ese acompañante de orquesta, que se quedó sin trabajo cuando se inventó el playback.

La realidad es que el mundo evoluciona, y no se puede poner freno al progreso. Hay damnificados del progreso, por supuesto que los hay, pero así es la vida.

¿Y los fabricantes de videojuegos? ¿Es que no se descargan videojuegos? ¿Y los fabricantes de software?

Por cierto, no oigo a los autores quejarse de nuevas formas de rentabilización de sus canciones que les ha traido el progreso, como son los sonos, politonos, megatonos, puchitonos. Alguien sabe cuántos millones de euros mueve el negocio de las canciones para tu móvil. No puedo dar una cifra exacta porque no la conozco, pero tengo claro y meridiano que cuando yo grababa en cassette canciones de la radio, ningún artista pensó que años después sus canciones sonarían en los teléfonos móviles de personas, más que nada porque por aquel entonces no había ni teléfonos móviles.

Entonces queremos lo bueno del politono, lo mejor del itunes, y la promoción viral de internet, pero no queremos que la gente descargue sin pagar.

Esto no es compatible. Sólo hay un camino. Alguien se ha empeñado en hacer sobrevivir un modelo de negocio obsoleto, en un tiempo del mundo obsoleto. El único camino es renovarse, e idear, cómo rentabilizar en el nuevo tiempo, y en el nuevo progreso este negocio.

Hace poco la corte suprema de Estados Unidos, sancionó a un internauta por realizar descargas de forma masiva. El juez consideró que la actuación de esta persona era desproporcionada, pero el juez, en su sentencia incluyó unas frases lapidarias muy interesantes.

Hay que señalar, que el hecho de bloquear o impedir a un usuario para que no descargue una canción, no puede ser constitutivo de cuantificación económica sancionadora, porque no hay hecho empírico comprobado, que demuestre que en caso de ser imposible descargar una canción el usuario acude a la tienda y la compra“.


Fuente desde: adslnet