Así, cualquier persona poseedora de un teléfono móvil podrá cargarlo en cualquier zona del mundo, sin tener en cuenta la marca o el modelo. Será legítimo para los que se fabriquen a partir de este momento en adelante.

La nueva norma aprobada reducirá el número de cargadores producidos y la energía consumida durante la carga. Se estima que se eliminarán 51.000 toneladas de cargadores en desuso y diminuirá un 50% el consumo de energía durante la carga. Por tanto, descenderán unos 13,6 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero de forma anual.


Fuente desde: adslayuda