Tal y como explica en una entrevista concedida a Público, Joaquín, dice que no tiene sentido ir a comprar un cuchillo y que te digan que te van a cobrar 2 euros más para la asociación de víctimas por cuchillo, por si acaso en vez de utilizarlo para cortar queso en tu casa decides matar a alguien.

La entrevista no tiene desperdicio.

“Temía que la jueza creyera que era una frivolidad. Yo le dije: No piense en el dinero, sino en el concepto”. Funcionó. Con las facturas de los CD marca Verbatim y mostrando su contenido, probó que no los había usado para copiar contenidos protegidos por derechos de autor.

“Esta sentencia es un golpe a la línea de flotación del canon digital”

¿Para qué usó los CD?

Para grabar cuatro juicios. El último, precisamente, en el que pedía el euro con doce.

¿Ya le han hecho el ingreso?

“Por una vez fuimos más listos que la SGAE, que no se lo esperaba”

Sí, en la cuenta de consignación judicial. Aquí [muestra el recibo]: 1,12 euros en concepto de pago de la condena.

¿Por qué demandó al comerciante y no a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)?

El artículo 25 de la Ley de Propiedad Intelectual dice que los acreedores del canon son, obviamente, los miembros de la comunidad autoral. Pero los deudores son el fabricante, el distribuidor, el comerciante… Así que podía demandar a quien quisiera, y fui al comerciante. Por una vez fuimos más listos que la SGAE, que no se lo esperaba. Hubieran querido que los demandara a ellos directamente, porque tienen un lobby potente. ¡Si hay leyes a su medida! Ahora se crea un problema jurídico, porque el comerciante le pide el euro con doce al fabricante, este al distribuidor, y este a la SGAE, que paga por un proceso en el que no ha sido parte.

¿Cuándo decide presentar esta demanda?

Yo he tenido varios pleitos ya sobre este tema. Conseguí demostrar que no se ponía música protegida en un bar, de ahí pasé a poner en entredicho la actitud mezquina de colarse en una boda a las tres de la mañana… Ya era un viejo conocido de la SGAE. Y en este caso, considero que en un Estado social democrático de derecho no puede existir esa presunción de copia. Es como ir a comprar un cuchillo y que me digan: Déme dos euros más, que es para la asociación de víctimas de cuchillo. ¿Cómo?, pero si yo voy a cortar queso en mi casa. ¡Ah, da igual!. Es ridículo. Si me permite un paralelismo, ¿cuándo se va a denunciar? Cuando el marido le pega un empujón a la mujer o cuando la mata Yo he ido con el empujón. El euro con doce es el empujón, ¡sin comparar a los autores con maltratadores, por supuesto! Esta sentencia es un golpe en la línea de flotación del canon. Y es la primera que se publica tras la reforma de la ley de propiedad intelectual.

¿Volverá a pagar el canon?

¡Ni lo sueñe! Ni yo ni mi familia. ¿Pagar mis hijas el canon por un CD que tienen para sus fotitos? No. Demandaré.

Sus defensores argumentan que es la única solución.

No. Es un sistema para que los propios autores, los pequeños, subvencionen a los grandes.

¿Cómo podrían defenderse los derechos de los autores?

Re-ci-clán-do-se. No se puede coger lo que nos gusta del progreso y rechazar lo que no. Cuando llegó el coche, el que se dedicaba a poner herraduras a los caballos se quedaría jodido, pero tuvo que aprender a manejar el caucho. Eso o intentar vivir del cuento. Yo rechazo los privilegios. No puede ser que robar tres discos en El Corte Inglés sea hurto, con multa de 30 euros, y a un mantero lo acusen de un delito contra la propiedad intelectual, con penas de hasta tres años. Le doy un dato: cuando cogen un top manta, ¡se persona la Warner, la Paramount, la Disney…! ¡Por un pobre negro! Menos mal que hay jueces que dicen: Por favor, ¿dónde está el principio de intervención mínima?.

Lo cierto es que muchos autores son incapaces de rentabilizar su obra.

Pero eso, amigo mío, es problema suyo, no mío. Yo no soy quién para decirle a alguien cómo ganarse la vida. Pero sí para decir: Oiga, ese dinero no es suyo, es mío.

¿Se ha descargado algún contenido protegido?

Nunca, pero no por beatería, no. Es que no sé hacerlo, se lo digo con franqueza. Le digo una cosa para que se ría. Mi estuche para cedés me lo regaló la SGAE. Y me dijeron: No metas discos pirata!. Y lo cumplí. Lo tengo ahí, vacío. ¿Lo sacamos para la foto?


Fuente desde: adslnet