El pasado mes de agosto, un adolescente francés sufrió una leve herida en un ojo al ver cómo explotaba su teléfono móvil iPhone, que sujetaba en la mano a unos 30 centímetros de su cara. En Holanda también sucedió un caso similar dentro de un turismo. El popular teléfono explotó cuando estaba encima de un asiento. El pasado verano también explotó un iPod en Reino Unido después de calentarse de forma repentina.

La comisaria europea ha advertido que "han recibido informes de casos de Francia, del Reino Unido y de Alemania". Asimismo ha indicado que "están en contacto con las autoridades nacionales y con los productores, esperando las respuestas adecuadas, que darán oportunidad de sacar conclusiones".

Por su parte, Apple remitió un comunicado a Bruselas indicando que la explosión de uno de sus teléfonos móviles en Francia y de un reproductor musical iPod Touch en el Reino Unido eran "casos aislados y no un problema generalizado".


Fuente desde: adslzone