Derek Starnes y su mujer escogieron una casa en Longboat Key, en Florida, utilizando la aplicación Airbnb. En ella, cuando iban a marcharse tras haber pasado algunos días de vacaciones, encontraron dos cámaras de vídeo escondidas. Había una en el dormitorio del apartamento y otra escondida también en la estancia principal, el salón. La pareja decidió ir a presentar una denuncia a la Policía, directamente. Los investigadores del departamento de Policía de Longboat Key registraron el apartamento, y de sus conclusiones se extrae que hasta doce usuarios anteriores habían podido ser grabados sin consentimiento ni conocimiento.

Una ‘instalación espía’ en el alojamiento Airbnb: así espiaron a unos doce usuarios

La Policía de Longboat Key detectó cámaras conectadas por WiFi y multitud de dispositivos de almacenamiento que estaban allí en el apartamento. El dueño del mismo fue arrestado, y en sus declaraciones aseguró que estaban instaladas –las cámaras y los dispositivos de almacenamiento- con fines personales: para grabar contenidos sexuales. No obstante, comentó que las partes involucradas tenían pleno conocimiento de que habían sido grabadas, y que los diferentes dispositivos estaban apagados cuando hubo inquilinos de Airbnb. El propietario señaló que nunca quiso grabar a inquilinos de Airbnb, pero se pudo comprobar que los denunciantes sí habían sido grabados.

Por su parte, Airbnb emitió un comunicado oficial señalando que el denunciado fue explulsado de la comunidad de forma permanente cuando la compañía tuvo información al respecto, y entregó todo su apoyo a los invitados afectados. Desde Airbnb, según han señalado, se han puesto en contacto con la policía local para colaborar en la investigación de tal delito, y con la esperanza de que la justicia sea aplicada. Desde Airbnb señalaron que se toman muy en serio los problemas de privacidad, y que con este tipo de comportamientos se aplica tolerancia cero siguiendo con su política. Pero es algo que ha ocurrido en más ocasiones.

 

Fuente: USA Today | adslzone