Los sistemas más habituales para llevar a cabo estas acciones «ilegales» ya son varias, desde la descarga directa, pasando por el uso de las redes P2P basadas en el protocolo BitTorrent, que es el más habitual en estos casos, pasando por el streaming o las retransmisiones ilegales en plataformas como las redes sociales, por ejemplo. Además, por otro lado, las plataformas que a día de hoy ya se emplean para llevar a cabo estas tareas son de todo tipo, desde equipos de sobremesa, dispositivos portátiles, set-top-box, Raspberry Pi, etc.

Por todo ello cada vez son más los grupos que se asocian a la industria de la música, el cine o el entretenimiento en general, para luchar contra esta tipo de acciones que, pese a la lucha existente desde hace mucho tiempo, parece que no disminuye, sino todo lo contrario. Una de las principales razones de que los diversos grupos y asociaciones antipiratería, así como gobiernos, instituciones legales o discográficas y productoras de cine, no logren los resultados esperados, en buena parte se debe a la picaresca de los internautas. Y es que estos, de una manera u otra, han ido aprendiendo a evadir este tipo de persecuciones utilizando VPNs, por ejemplo, o servidores con este tipo de contenidos ubicados en países menos «perseguidos».

Así, estos grupos poco a poco han ido viendo que por muchos esfuerzos hechos, gasto económico, amenazas, advertencias, o incluso denuncias interpuestas a usuarios presuntamente piratas, esto no ha tenido apenas resultados aparentes para que la piratería disminuya de alguna manera. Llegados a este punto y desde hace ya un tiempo, algunas de estas organizaciones tomaron la determinación de cambiar de estrategia para de ese modo, entre otras cosas, no realizar los gastos económicos que esta lucha conllevan, todo sin obtener apenas resultados. Y es que no es lo mismo, por ejemplo, perseguir a un usuario individual, que a la empresa que le suministra la conexión a todos ellos a nivel global o a la firma que les permite localizar estos contenidos en la Red.

Los proveedores de Internet, en el punto de mira

Debido a este nuevo movimiento, estos grupos comenzaron a «atosigar» a los buscadores generalistas, entre ellos, como no, Google, a que retirasen los enlaces que llaman a este tipo de portales piratas y sus ficheros ilegales, todo para evitar posibles denuncias, por medio de millones de peticiones. Sin embargo, visto lo visto, a pesar de que estos buscadores hiciesen efectivas la mayoría de las peticiones, eliminando los enlaces a contenidos pirata de sus indexaciones, los correspondientes portales siempre se las han ingeniado para que, esos links borrados, volviesen a aparecer de otra manera o en otra ubicación, pero haciendo referencia al mismo fichero denunciado.

Se podría decir que, al igual que hasta ahora ha sucedido con el cierre de portales completos de contenidos pirata, cuando los grupos antipiratería logran eliminar uno de estos elementos, en la Red aparecen otros tantos, pero en otro sitio y de otro modo a las pocas horas; es decir, otra medida poco resolutiva para estas compañías. Pues bien, como ya os comentamos a principios de año, ahora se ha cambiado de objetivo y se ha puesto en el punto de mira a las firmas que proveen a sus clientes de la correspondiente conexión a Internet, es decir, los ISP.

Más concretamente y a modo de ejemplo, esta misma semana, la RIAA (Recording Industry Association of America), ha interpuesto una demanda contra un importante proveedor de Internet estadounidense, Grande Communications, por no haber tomado, desde su punto de vista, las medidas necesarias contra sus clientes pirata. Afirman que estos suscriptores participaron en más de un millón de infracciones usando el mencionado protocolo BitTorrent, pero que la firma no tomó medida alguna para desalentar a estos de sus acciones.

La RIAA de nuevo contra los ISP

De hecho y en apoyo a la RIAA, pocas horas después compañías como Capitol Records, Warner Bros o Sony Music, entre otras hasta sumar casi una docena, también demandaron al mismo ISP por las infracciones de sus clientes. Esta demanda es otra más a la que hace poco también se puso contra otro proveedor de Internet, Cox Communications, que fue acusado en este caso por la editorial BMG, igualmente por no tomar medidas contra los miles de sus clientes que compartieron contenidos usando BitTorrent.

La principal argumentación de la RIAA es que la firma no ha tomado medidas contra los infractores, especialmente contra aquellos identificados como reincidentes de violar los derechos de autor. Más concretamente se afirma que el ISP recibió avisos de que 1.840 de sus clientes habían incurrido en esta infracción al menos 100 veces, lo que podría traducirse en unas pérdidas cercanas a los 150.000 dólares, que es lo que reclaman, más los beneficios obtenidos por Grande Communications por la prestación del servicio.

De lo que no cabe duda es de que, los grupos que luchan contra esta piratería, han decidido, en lugar de ir a por los supuestos infractores directamente, «atacar» a aquellas empresas que, de un modo u otro, «ayudan » a estos a llevar a cabo estas acciones prestando una serie de servicios de Internet.

 

Fuente: adslzone